En medio del barro deben caminar los vecinos de la zona agrícola y turística de Agua Clara en Canoabo, municipio Bejuma del estado Carabobo, debido al pésimo estado de la vialidad.
Por Corresponsalía
Vecinos de la localidad relataron que entre el tramo del sector Pueblo Nuevo y Agua Clara, existen unos ocho kilómetros aproximadamente de carretera, los cuales desde hace al menos 25 años están abandonados.
De igual manera, contaron que estiman que el 80 por ciento de esta vía volvió a ser de tierra y el terreno es inestable, lleno de cráteres y cuando llueve se vuelve todo un lodazal.
Como para esa zona de Canoabo, que es el límite con Urama perteneciente al municipio Juan José Mora, no hay transporte público de ningún tipo, los habitantes se ven en la necesidad de caminar o pedir cola para dirigirse a la zona céntrica de Canoabo; pero ahora, ni carros pequeños pueden pasar. El constante paso de las gandolas han dejado la vía como una pista de rusty trial.
“Los vecinos están pidiendo que, por lo menos, se regularice el paso de los vehículos de carga, ya que quienes tienen carros pequeños no pueden movilizar y darles la cola a quienes a diario requieren trasladarse por la vía, poniéndolos más aún en un estado de vulnerabilidad”, denunció el concejal por AD, Luis Berroterán.
50 familias prácticamente aisladas
Por su parte, el canoabero y militante de Un Nuevo Tiempo, Javier Palencia, recordó que hace unos 25 años en el segundo gobierno de Henrique Salas Römer, esta vía fue declarada como carretera de calamidad pública.
En consecuencia, aprobaron unos recursos para su rehabilitación, se asfaltó una parte y quedó otro tramo pendiente, pero desde entonces no se le hizo más nada hasta llegar al estado de franco deterioro en el que se encuentra actualmente.
Dijo que, además, la vía de Agua Clara a Urama está también en malas condiciones y está tomada por la delincuencia.
Añadió que aún cuando conserva parte del asfalto, el mismo está dañado, hay fallas de borde. “Hay zonas muy agudas como el sector La Pantalla, en Urama, los vehículos deben ir a muy baja velocidad y es ahí donde los delincuentes se aprovechan para robar a los conductores”, aseguró.
Ante este panorama, unas 50 familias que habitan en este lugar, quedan prácticamente incomunicados, aislados de las zonas urbanas por la falta de atención gubernamental. “El alcalde de Bejuma, Lorenzo Remedios, y el mismo gobernador, Rafael Lacava, han hablado públicamente del tema de rehabilitar la vía, pero nada que arrancan”, expresó Palencia.
