Se señala en primera instancia, que el nombre deriva de una dama española de Chivacoa, y de mote María Alonso. Poseedora además de de muchas onzas de oro y que, al morir, fue bautizada como María de la Onza.
Por Diario 2001
Bajo esta misma denominación, otros sostienen que era una indígena llamada así porque acostumbraba a cabalgar sobre un jaguar o un ?onza?, tal como se le llamaba en la fonética autóctona.
Lo importante a resaltar aquí es que algunos de estos nombres: María Alonso, María de la Onza, Marialionza y María Lionza, son los que en la tradición oral y escrita van definiendo los rasgos ambivalentes de la diosa a la que también se le relaciona con la fertilidad.
Por eso en su escultura más representativa, sostiene con brazos alzados a la pelvis de una mujer.
Son estos en definitiva rasgos que responden a los intereses de los diferentes grupos sociales que participan de la creencia en las primeras décadas del siglo XX.
Además, estos nombres aparecen designados en ciertos documentos de larga data, y actualmente otorgados a diferentes elevaciones montañosas de la cartografía de los actuales estados Yaracuy y Portuguesa.
No existe un relato unificado sobre la obra, vida y leyenda de María Lionza
Los diversos recopiladores de los años cuarenta y cincuenta en el siglo pasado, en la medida que recogían la tradición oral, narraron los relatos, dejando su huella en el fenómeno que describen.
La primera versión escrita conocida aparece en el año 1939, cuando Gilberto Antolinez divulga en la revista Guarura con algunos comentarios sobre la ?Diosa?.
Para seguir leyendo, clic AQUÍ.