La lucha climática y Ucrania dominan las quinielas para el Nobel de la Paz

La lucha climática y Ucrania dominan las quinielas para el Nobel de la Paz

La lucha climática y Ucrania dominan las quinielas para el Nobel de la Paz

 

 

 

 

 

La lucha climática y la guerra de Ucrania dominan las especulaciones previas para el Nobel de la Paz, que se falla mañana en Oslo y para el que este año no hay ningún favorito claro.

El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski; el periódico digital The Kyiv Independent o el pueblo ucraniano aparecen en los primeros lugares en las casas de apuestas, aunque sus opciones reales parecen reducidas.

Aparte de que el conflicto bélico se encuentra en su fase inicial y todavía sin una resolución clara, el plazo para presentar candidaturas terminó el 31 de enero, casi un mes antes del inicio de la intervención militar rusa, aunque con una salvedad.

Los miembros del Comité Nobel noruego pueden proponer sus propios candidatos en la primera reunión de este, que este año se celebró a principios de marzo.

De las opciones de los candidatos ucranianos duda por el ejemplo el Instituto para la Investigación sobre la Paz (PRIO) de Oslo, que cada año suele hacer una lista con sus propios nombres.

Así, su director, Henrik Urdal, apunta a la opositora bielorrusa Svetlana Tijanóvskaya y el activista ruso Alexéi Navalni, el Tribunal Internacional de La Haya; el hindú Harsh Mander; el uigur Ilham Tohti y los activistas hongkoneses Agnes Chow y Nathan Law; y el Grupo de Análisis de Datos de Derechos Humanos y el centro CANVAS.

La lucha por el medioambiente ha sido un candidato recurrente en los últimos años, personificada sobre todo en la activista sueca Greta Thunberg, aunque también en otras figuras como David Attenborough o el ministro de Asuntos Exteriores de Tuvalu, Simon Kofe.

El Comité Nobel noruego ya reconoció no obstante en 2007 al ex vicepresidente de EEUU Al Gore y el indio Rajendra Pachauri, que presidía entonces el Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU, por sentar las bases de la acción para contrarrestar el cambio climático.

En las quinielas previas aparecen también la Organización Mundial de la Salud (OMS), el movimiento Black Lives Matter, el Papa Francisco, el periodista Julian Assange y la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, entre otros.

Según el testamento de Alfred Nobel, el magnate sueco que instituyó los premios que llevan su nombre, pueden designar candidatos al galardón de la Paz catedráticos de universidad en Derecho, Historia y Ciencias Políticas, parlamentarios, antiguos laureados y miembros de tribunales internacionales, entre otros.

Solo si quienes proponen a una persona u organización lo hacen público se puede conocer la identidad de los candidatos, ya que el Comité Nobel noruego únicamente publica el número total de aspirantes -343 en 2022, la segunda cifra más alta- y no confirma nombres hasta 50 años después.

Así se sabe que entre los nominados este año se encuentran también el Consejo Ártico, el movimiento de desobediencia civil birmano y la científica hondureña María Elena Bottazzi, por su aporte a la humanidad con la vacuna Corbevax contra la covid.

Que el continente europeo se encuentre de nuevo en guerra ha hecho también surgir las especulaciones sobre la posibilidad de que el Comité Nobel declare desierto el premio, algo que ha ocurrido en diecinueve ocasiones, la última en 1943, en medio de la II Guerra Mundial.

El Nobel de la Paz reconoció el año pasado por primera vez a dos periodistas, la filipina Maria Ressa y el ruso Dmitri Murátov, “por sus esfuerzos para defender la libertad de expresión, condición previa para la democracia y la paz duradera”, según el fallo.

Este es el único de los seis premios que se otorga y se entrega fuera de Suecia, en Oslo, por deseo expreso del creador de los galardones, el magnate sueco Alfred Nobel, ya que en su época Noruega formaba parte del vecino país.

EFE

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