El recorte de la producción de dos millones de barriles de crudo al día por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y aliados, entre ellos Rusia, representa “malas noticias” para la economía global, advierten expertos.
Por Gustavo Ocando Alex / vozdeamerica.com
Los 13 miembros de la OPEP, encabezados por Arabia Saudita, y sus 10 socios, entre ellos Rusia, acordaron recortar la producción de petróleo desde noviembre en dos millones de barriles por jornada, en una reunión presencial por primera vez desde la pandemia.
La decisión se toma justo en las vísperas de la entrada del invierno y en medio de una tensión energética en Europa, que interrumpió su dependencia de Rusia en el suministro de gas y petróleo debido a su invasión armada a Ucrania en febrero pasado.
Los precios de los crudos WTI y Brent alcanzaron cerca del mediodía de este jueves sus precios más elevados en el último mes, superando levemente los 88 y 93 dólares por barril. Esos niveles se mantienen aún alejados de sus topes de marzo y junio de este año, cuando se movieron por encima de los 123 dólares por unidad de crudo.
El gobierno del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, acusó este miércoles a la OPEP de “alinearse con Rusia” al adoptar un recorte, marcado e inesperado por el mercado.
“Está claro que, con la decisión de hoy, la OPEP+ se alinea con Rusia. Y lo dejaré ahí”, expresó escuetamente a la prensa sobre la polémica decisión la vocera presidencial, Karine Jean-Pierre, a bordo del avión presidencial Air Force One.
Un comunicado divulgado por la Casa Blanca mencionó que Biden estaba “decepcionado” por la decisión de la OPEP, a la que acusó de “miope”, según palabras del asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, y el director del Consejo Económico, Brian Deese.
La medida de la OPEP tiene una connotación política que involucra una negociación “cara a cara” entre Arabia Saudita, un aliado de vieja data de Washington, y Rusia, cuyo gobierno, liderado por Vladimir Putin, está enemistado con la Casa Blanca por la agresión a Ucrania, explica la analista de la firma Gas Energy Latin America, Mariana Vargas Carballo.
“Es un viraje político” de Arabia Saudita, el máximo productor de petróleo del mundo, hoy liderado por el joven príncipe Mohamed ben Salman, opina la especialista internacional.
En julio, Biden realizó una gira presidencial por Medio Oriente para discutir con líderes, entre ellos el príncipe saudí, las medidas necesarias para mantener a raya los precios de derivados energéticos, como la gasolina, que se elevó a entre 5 y 6 dólares por galón en Estados Unidos por primera vez en la historia. El anuncio de la OPEP fue en contrasentido.
“Biden hace su tour por Medio Oriente para influir e incentivar el incremento de la producción y Arabia Saudita no acata este llamado. Cuando disminuyes producción cuando se acerca el invierno, que es una temporada de alta demanda, estás buscando que alcen los precios. Si buscas que se alcen los precios, los principales afectados van a ser los demandantes, en este caso, Europa”, detalla a la Voz de América Vargas Carballo.
DESESTABILIZACIÓN ENERGÉTICA
El aumento paulatino de los precios del combustible en el mercado mundial será una consecuencia inmediata y a mediano plazo del recorte anunciado por la OPEP y sus aliados, según el economista especialista en el área petrolera Luis Oliveros.
“Ya estamos viendo un incremento en el precio del crudo. Estados Unidos trata de amenazar, pero su poder contra la OPEP es casi nulo. El efecto será mayor inflación global y malas noticias en términos de actividad económica”, apunta en conversación con la VOA.
La OPEP “manda una señal al mercado” de que el precio del barril de crudo debe moverse en una banda entre los 90 y los 100 dólares, si bien la medida “tiene un impacto directo sobre el precio del petróleo y la gasolina, sobre todo en Estados Unidos y Europa”, de acuerdo con el especialista en el área Antonio De La Cruz.
El experto considera que Rusia busca compensar la caída de su venta de crudo a Europa a partir del último trimestre del año debido a sanciones, aumentando su precio en el mercado.
Advierte también que la decisión de este miércoles podría tener una incidencia en las elecciones de medio término del próximo mes en Estados Unidos a raíz de un eventual aumento de los precios del combustible, que Biden se esforzó en reducir por meses.
De La Cruz subraya cómo el recorte de dos millones de barriles de los países miembro y socios de la OPEP anula de facto la liberación de un millón de barriles de crudo por día de las reservas estratégicas ordenada por el gobierno de EEUU en abril pasado, durante seis meses, para lograr reducir los precios del combustible.
Vargas Carballo, de Gas Energy Latin America, estima que los verdaderos efectos de la medida acordada este miércoles por la OPEP comenzarán a palparse el próximo año.
El recorte de dos millones de barriles de crudo por día se suma a la amenaza de Putin de “cerrar el grifo” a quienes lo sancionen o encaren por su guerra contra Ucrania, observa. La consecuencia natural será que “se disparen los precios del gas natural” y otros derivados.
Europa, acota, “se salva” por ahora porque sus niveles de almacenamiento de gas natural están sobre el 80% de su capacidad, si bien no se descartan racionamientos obligatorios.
Se pregunta, no obstante, qué pasará con el mercado cuando esas reservas hayan disminuido y puedan rondar en términos inferiores a 20% cuando se acabe el invierno.
Considera que bloques regionales como Europa reaccionarán con sus propias políticas energéticas, que ya se han ventilado, como racionamientos en los servicios o la fijación de precios de combustibles. Esta última medida causaría pérdidas a los productores y afiliados, una realidad indeseada en tiempos posteriores a la pandemia por COVID-19, subraya.
“Va a traer más inflación”, dice, augurando una nueva planificación de inversiones de múltiples países para “buscar otras “fuentes” de suministro energético más confiables.