La madre desamparada y embarazada que dormía junto a sus esposo y tres hijos en su automóvil cuando fueron tiroteados desde otro vehículo en Tampa (Florida) y recibió un balazo en la cabeza dijo desde el hospital que ella y su familia perdonan al joven de 21 años detenido como sospechoso.
Embarazada de nueve meses, Vivian Acker habló con el canal WSTP de Tampa de su deseo de agradecer a Dios que no perdió la vida ayudando a otras personas que no tienen casa.
El caso de los Acker, una familia afroamericana con hijos de 3, 4 y 9 años más el que está en camino, ha conmocionado a la opinión pública y movilizado a la comunidad para conseguirles donde vivir y dinero a través de una cuenta en la plataforma GoFundMe.
“No me quejo, aunque tendría motivos, porque estoy viva, gracias a Dios”, dice.
Vivian Acker, que dormía en el asiento del copiloto el miércoles de la semana pasada cuando se produjo el tiroteo, es la única de la familia que resultó herida por los disparos.
Un joven de 21 años, Christopher Stamat, que es el propietario de un BMW negro que fue captado por las cámaras de seguridad en el lugar del tiroteo y en cuya casa había casquillos de bala similares a los hallados en el lugar del tiroteo, fue detenido el pasado fin de semana y acusado de seis delitos.
“Tengo una bala de nueve milímetros en la cabeza”, señaló al canal televisivo la embarazada desde el Tampa General Hospital.
Los médicos van a operar a Vivian para sacarle la bala, que está alojada arriba de la sien, y la desamparada va a pasar al menos dos semanas en el hospital junto a su esposo, Demarian Acker, con el que lleva 13 años.
Demarian Acker, que habló también con el canal, se declaró contento de que ella, “su mejor amiga”, esté atendida por médicos, después de la “tragedia” que vivieron. “No se lo deseo a nadie”, agregó.
El padre de familia se despertó por el ruido de las balas y enseguida alertó a su mujer y sus hijos de que se pusieran a cubierto en el suelo del automóvil donde viven.
Se dio cuenta de que Vivian estaba herida cuando terminaron los disparos.
Los hijos de la pareja están fuera de la ciudad en casa de unos familiares, que los van a cuidar mientras su madre esté en el hospital, dijo Acker, quien señaló que perdonan a quien quiso matarlos y que su esposa quiere ser una voz en favor de las personas sin techo cuando se reponga de la operación.
“No sabia hasta ahora cuál era mi misión. Es servir a la gente y una vez que me recupere me voy a dedicar a eso”, dijo.
EFE