Cuando la pequeña Lola Daviet abandonó a las tres de la tarde del pasado viernes el colegio Georges Brassens al que asistía en el distrito 19 de París, nadie pudo prever que nunca llegaría a casa.
Por 20Minutos
Su familia padeció varias horas de auténtica angustia desde que comenzó a impacientarse por la ausencia de la menor, hasta que se sumió en la desesperación más absoluta con la resolución definitiva al filo de la medianoche. Un vagabundo halló una maleta de plástico en el patio del edificio de la menor, con el cadáver degollado de la niña, de 12 años, en el interior.
Varias horas antes del trágico desenlace y poco después del fin de las clases, la familia de la pequeña -porteros del edificio donde residían- comenzó a impacientarse ante su tardanza y avisó a la Policía, mientras revisaba las imágenes captadas por las cámaras de seguridad. En ellas observaron cómo su hija hablaba con una joven.
“La mujer le hizo un gesto como si le indicase que se acercara. Lola no parecía estar del todo segura”, relata al periódico Le Parisien una vecina que ha visto la grabación.
El comportamiento de la principal sospechosa alertó a los vecinos, y una de ellos declaró a los medios que la chica “parecía un poco perturbada”.
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