¿Descubrieron una nueva especie humana? Lo que se sabe hasta el momento

¿Descubrieron una nueva especie humana? Lo que se sabe hasta el momento

Diagrama esquemático que resume la variación entre taxones y los cambios evolutivos en la morfología del seno frontal de los homínidos. FOTO: BALZEAU, A. ET AL. (2022) CREATIVE COMMONS

 

 

 

Durante los últimos días, algunas voces han sugerido que hemos encontrado una nueva especie humana y, aunque no es completamente falso, hay matices que debemos tener en cuenta. Su nombre sería Homo rodhesiensis, pero empecemos por hablar sobre el elefante en la habitación: todo interesado por la evolución humana se ha encontrado, en algún momento, absolutamente perdido entre “árboles filogenéticos” (como árboles genealógicos, pero con especies en lugar de individuos). Porque, ante la crítica creacionista de que los científicos no han encontrado una especie entre humanos y simios, la realidad es que conocemos unas cuantas.

Por La Razón

El eslabón perdido ha sido encontrado muchas veces y, con él, primos suyos que, si bien no son nuestros antepasados, son parientes que debemos situar en algún lugar de nuestro “árbol familiar”, que ya cuenta con una veintena de especies. Ahora bien: ¿cómo podemos estar seguros de la relación que guardan estas especies entre sí? O lo que es más ¿cómo podemos saber si dos cráneos diferentes son de especies distintas o, simplemente, parte de la variación que hay entre los individuos de cualquier especie? En el caso del Homo rodhesiensis nos encontramos con esas dificultades y en torno a ellas se abre la polémica.

¿Especie o rareza?

En antropología evolutiva hay consenso sobre muchas cuestiones y, por eso, la estructura general de la mayor parte de árboles filogenéticos es la misma y lo lleva siendo durante muchos años. No obstante, las discrepancias en temas menores y el conocimiento que hubiera en el momento en que se creó el árbol, afectan mucho al resto de sus ramas. Y, cuando hablamos del “momento”, en un campo como es este, pueden cambiar unas cuantas relaciones en cuestión de pocos años. En parte, porque poco a poco se van consensuando más aspectos de nuestra historia evolutiva y los sesgos de algunos países se diluyen o se consolidan a la luz de las pruebas.

Porque, seamos realistas, por muchos fósiles que hayamos encontrado, son solo una pequeña proporción de la variedad de especies e individuos que nos antecedieron. Es en esta confusión en la que nos preguntamos: ¿fue el Homo rodhesiensis una especie en sí misma? Sea como fuere, hay un motivo mucho más profundo por el que resulta incorrecto hablar de una “nueva especie”, y es que el Homo rodhesiensis lleva descrito desde 1921 a partir de un cráneo encontrado en Broken Hill, ahora llamada Kabwe, en Zambia, que por aquel entonces era Rhodesia del Norte.

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