La primera temporada de “House of the Dragon” ha llegado a su fin y no decepcionó a los fans. Una de las grandes protagonistas de los úiltimos capítulos es Rhaenys Targaryen, la conocida como ‘reina que nunca fue’ a la que da vida una formidable Eve Best. Y, precisamente, es la trama de este personaje la que ha dejado un gran agujero de guion.
Tras ser retenida por orden de los Verdes de Otto Hightower en la Fortaleza Roja, Rhaenys escapa con la ayuda de Ser Erryk Cargyll (Elliott Tittensor). Durante la coronación de Aegon (Tom Glynn-Carney), se cuela en las mazmorras y libera a su dragona Meleys. A lomos de su bestia, la Targaryen irrumpe en la planta superior y destroza todo y a todos a su paso, pero perdona la vida a Alicent (Olivia Cooke) y el resto de los Verdes… incluyendo al recién coronado Aegon II.
Lo que muchos pasaron por alto es que Rhaenys, aunque no mata a Alicent y sus hijos, deja un reguero de muertos durante su irrupción en la coronación pública del nuevo rey. Se trata de un momento con un gran impacto para Rhaenys, que ilustra el poder y la crueldad del personaje, pero la serie no indaga en las consecuencias de sus actos.
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