Solo dos migrantes venezolanos han decidido resguardarse de las bajas temperaturas en el albergue municipal “Kiki Romero”, los demás prefieren permanecer a la orilla del río Bravo, así lo dio a conocer Santiago González, titular de la Dirección de Derechos Humanos del Municipio mediante un comunicado.
Señaló que las personas de Venezuela se han negado a aceptar la ayuda en este espacio a pesar de que se cuentan con todas las condiciones de infraestructura, espacios, servicios e insumos para una migración digna.
“El campamento que se encuentra a orillas del río Bravo es una postura política que la apuesta a las condiciones inhumanas y deterioro de la salud de familias con niños y niñas para generar presión en otro país”, dijo el derechohumanista.
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