Karim Benzema, actual Balón de Oro, afrontaba el Mundial de Qatar con la ilusión de levantar uno de los pocos títulos que falta en su espectacular palmarés, pero finalmente se perderá la cita por lesión. Sin embargo, lo que aparentemente supone un duro golpe para los bleus puede acabar siendo el giro del destino necesario para que Francia revalide el título este año, ya que nunca en la historia la selección en la que jugó el último galardonado con el Balón de Oro fue capaz de levantar la Copa del Mundo. Una dinámica que se mantiene con un premio que se lleva entregando desde 1956 y que puede condicionar totalmente estas apuestas mundiales.
Por Diario AS
Un Mundial sin Balón de Oro
Esta será la tercera vez que el ganador del Balón de Oro no esté en el Mundial, aunque la primera vez que se debe a una lesión. Las otras dos veces que ocurrió fue en el Mundial de 1958, cuando Alfredo Di Stefano, internacional con España, no pudo jugarlo al no clasificarse la selección; y en 1978, cuando Allan Simonsen, de Dinamarca no fue capaz de llevar a su combinado nacional a la Copa del Mundo celebrada en Argentina.
Los cinco que rozaron la hazaña
Desde que se entrega el Balón de Oro se han jugado un total de 17 mundiales y, en cinco de ellos, hubo una selección que llegó a la final y contaba con el galardonado con el premio en los meses anteriores. El primero fue Gianni Rivera con Italia, en el Mundial de 1970, pero Italia cayó en la final ante Brasil. Cuatro años más tarde, el que trataría de lograrlo fue Johan Cruyff, pero se vio parado en el partido decisivo por Alemania.
La suerte también fue esquiva a Karl Heinz Rummenigge en el Mundial de 1982, cuando su selección cayó con Italia. Doce años después, Roberto Baggio fallaba en la tanda de penaltis de la final de la Copa del Mundo que se llevaría Brasil en Estados Unidos. Por último, ya en 1998, un Ronaldo Nazario mermado por un ataque epiléptico horas antes de la final, veía cómo su Balón de Oro pasaba a manos del líder de la Francia que le pasó por encima a su selección en la final, Zinedine Zidane.
Cuatro fracasos sin paliativos
Al igual que hubo algunos que llegaron a la final, otros jugadores que fueron con el Balón de Oro bajo el brazo a la Copa del Mundo se llevaron auténticos revolcones. El caso más claro es el de Cristiano Ronaldo, que acudió como galardonado a los Mundiales de 2014 y 2018, y se quedó en fase de grupos y octavos de final respectivamente. Antes que a él, algo similar le había pasado a Marco Van Basten, en la cita mundialista de 1990, y al italiano Omar Sivori en el torneo de 1962.
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