Después de haber oficiado el primer banquete de gala desde la proclamación de Carlos III y Camilla como reyes tras la muerte de Isabel II, la reina consorte pone en marcha una decisión en línea con la idea de modernizar la monarquía.
Por La Nacion
Camilla pondrá fin a la tradición de tener damas de honor, una práctica que se remonta a la Edad Media. En su lugar, la reina consorte será ayudada por las “compañeras de la reina”.
Así, además de buscar modernizar el cargo, las mujeres que ocupen el rol asistirán con menos regularidad que la función previamente requerida. Los puestos honorarios implican ayudar la Reina Consorte en eventos públicos.
Además, el papel que cumplirá el entorno de confianza de la Reina Consorte será simplificado: una posición más ocasional e informal, que se traduzca en apoyo a Camilla en compromisos no oficiales y sin planificación del día a día.
De acuerdo a medios británicos, el fin del rol de dama de honor termina con una característica vinculada a la monarquía que se remonta a la Edad Media.
Las “compañeras de la reina” no recibirán salario, pero sus gastos sí estarán cubiertos
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