Las redes sociales permiten estar en contacto con millones personas. Sin embargo, los usuarios de esas plataformas se exponen a ser víctima de diferentes delitos como: el ciberacoso.
Por Diario 2001
Niños, niñas, adolescentes, mujeres y figuras públicas están más expuestos a estas situaciones.
Javier Mayorca, periodista experto en delincuencia organizada, en entrevista concedida al Diario 2001 explicó que el ciberacoso es una modalidad de hostigamiento a través de las redes sociales, por correo electrónico o incluso por plataformas de mensajería.
«En muchos casos el objetivo es denigrar a la persona y humillarla. El acosador se aprovecha de las inseguridades y vulnerabilidades para causar daños psicológicos», dijo.
Tipos de ciberacoso
Existen distintos objetivos ante este delito, por lo cual hay varios tipos de ciberacoso.
El Fraping se produce cuando el agresor toma las riendas de las redes sociales, haciéndose pasar por la víctima y publica contenido inapropiado.
Los insultos electrónicos es otro tipo de agresión, que consta de un intercambio breve y acalorado entre dos o más personas, el cual tiene lugar en contextos públicos como chats y humillan a las personas con mensajes degradantes.
El hostigamiento es esta conducta que busca molestar, alarmar o generar una alteración emocional con el envío de mensajes ofensivos reiterados.
La denigración consiste en difundir información despectiva y falsa respecto a otra persona. La información puede ser publicada en una página web o difundida a través de las redes sociales.
De igual forma, el sonsacamiento puede darse cuando la víctima recibe un mensaje con información y sus fotos comprometedoras, con la amenaza de que se reenviarán a otras personas.
El ciberacoso sexual es muy frecuente en las redes sociales. Este tipo de casos suele ser frecuentes con mujeres y los adolescentes.
Los depredadores sexuales se esconden bajo la fachada de identidades inventadas y perfiles falsos para lograr sus objetivos.
De acuerdo con Javier Mayorca, algunas pautas para prevenir estás conductas son no contestar a las provocaciones; ante actos que hacen sentir a la persona avergonzada, con temor o angustia.
«Lo mejor es abandonar cualquier conexión con el agresor y pedir ayuda; evitar el suministro de datos personales en la red y guardar las conversaciones, para que sirvan de prueba, y reportar o denunciar estas situaciones», sentenció.
Consecuencias a la víctima
La psicóloga Yaneth Vaamondez mencionó las diversas consecuencias de este tipo de acoso.
«La gravedad puede variar, dependiendo de la persona o del hostigamiento que este recibiendo», aclaró.
Se puede manifestar como:
Depresión.
Desconfianza.
Aislamiento.
Alteraciones en el sueño.
Trastornos alimenticios.
Asimismo, hizo énfasis en que este tipo de maltrato y acoso se ve más reflejado entre los adolescentes en los espacios virtuales, convirtiéndose en un problema complejo a lo largo de los años.
«El acoso cibernético puede resultar en graves consecuencias en los menores, tanto emocionales, sociales o cognitivas como la baja autoestima, hasta en las dificultades académicas».
Vaamondez agregó que los adolescentes agredidos pueden llegar a caer en una depresión sumamente aguda.
Denunciar
Este año, el director del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), Douglas Rico informó que fue originada la División de Investigación de Delitos Informáticos.
En su cuenta de Instagram se puede denunciar si en alguna oportunidad se sufre de ciberacoso. También, acudir a la División de Atención a la Violencia Contra la Mujer y la Familia.
La Ley Orgánica Sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia penaliza con hasta tres años de cárcel a todo aquel que incurra en actos de acoso u hostigamiento sexual en Venezuela.
El artículo 22 de la ley dice que quien revele «difunda o ceda, en todo o en parte, los hechos descubiertos, las imágenes, el audio o, en general, la data o información obtenida por alguno de los medios indicados en los artículos 20 y 21, hackeo o intervención de comunicaciones, será sancionado con prisión de dos a seis años y multa de doscientas a seiscientas unidades tributarias”.
Según cifras del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), en Latinoamérica se estima que entre 50% y 70% de los estudiantes han sido víctimas de algún tipo de acoso incluyendo el cibernético.