Francia y Marruecos se debatieron el pase a la final de la Copa del Mundo Qatar 2022 en un partidazo. La oncena de Didier Deschamps trató de hacerse con el control del juego mientras Marruecos apostó de nuevo por su solidez defensiva y contragolpes eléctricos. El marcador cerró (2-0) a favor de los galos.
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Desde el arranque, el equipo francés empezó a embestir con fuerza el muro africano, que cayó apenas a los 4 minutos, cuando una gran jugada al borde del área de Antoine Griezmann le dejó el balón primero a Kylian Mbappé, bien tapado por la zaga contraria, y luego a Theo Hernández, quien aprovechó una serie de rebotes para rematar de media bolea y batir al guardameta Yassine Bounou al primer palo.
Después de la desventaja, los marroquíes reaccionaron con buen manejo de balón e internadas de sus volantes. Uno de ellos, Azzedine Ounahi, sacó un disparo a media distancia que exigió el lance felino de Hugo Lloris para el despeje.
Minutos después, un contragolpe guiado por Hernández le sirvió un balón cómodo para Olivier Giroud, cuyo remate potente se estrelló contra el primer poste defendido por Bounou.
Al minuto 20, el entrenador Walid Regragui debió sustituir al defensor central Romain Saïss, lesionado, y darle ingreso al volante interior Selim Amallah, titular en otros encuentros. Entonces, una gran habilitación Aurélien Tchouaméni dejó mano a mano a Giroud, pero sus rivales lograron corregir.
Pese al dominio galo, los “Leones del Atlas” buscaron aprovechar al máximo sus chances ofensivas, reimpulsadas tras la inclusión de Amallah. En una jugada a pelota quieta, Jawad El Yamiq estuvo a punto de poner el empate en el marcador. El defensor africano ensayó una chilena dentro del área, golpeó el balón con la canillera y este chocó contra la base de uno de los postes de Lloris, quien tuvo mucho trabajo durante el descuento del primer tiempo.
Envalentonados por el aliento de su público, los marroquíes se hicieron de la posesión en la segunda mitad e inclinaron casi todos sus ataques por la banda derecha, para optimizar la dupla de Achraf Hakimi y el capitán Hakim Ziyech.
En contramedida, la selección francesa proponía las zancadas de su estrella Mbappé para aprovechar la sabana que tenía por delante. En una de esas jugadas, el “10” francés dejó regado a Sofyan Amrabat, quien llegó tarde y barrió con fuerza. Sin embargo, el árbitro principal César Ramos, permisivo durante todo el partido, dejó correr la jugada.
Al verse sobrepasado por el ánimo rival, Deschamps optó por sacar a Giroud y concederle minutos a Marcus Thuram, mucho más rápido. Este ocupó la banda izquierda y dejó el ataque para Mbappé, con la tarea de contraatacar con mucha verticalidad. La apuesta fue acertada y Thuram se convirtió en hilo conductor del segundo gol de su oncena.
Tchouaméni recuperó el esférico y se lo cedió a Mbappé, este combinó con Thuram, que se lo regresó en corto dentro del área. La estrella gala caracoleó frente a cuatro zagueros y alcanzó a filtrar la pelota para la llegada sin marca del recién ingresado Randal Kolo Muani, quien remató a placer al minuto 79.
A partir de allí, bajó la vehemencia africana y Francia pudo controlar el ritmo, con Griezmann como principal brújula. El extremo Abdessamad Ezzalzouli protagonizó el último lance peligroso de Marruecos, despejado “in extremis” por el defensa Joules Koundé sobre la línea de gol.
Deschamps logró sostener así la determinación de sus seleccionados a lo largo de toda la Copa del Mundo, incluso en este partido tan complicado que los africanos dominaron por tramos.
Francia ahora intentará reeditar su campeonato en 2018, algo que ningún participante ha conseguido desde que el “Scratch Du Oro” lo hiciera en el Mundial de Chile 62. Argentina y su líder Lionel Messi no se la pondrán fácil.