Tras la consagración como campeones mundiales, Lionel Messi se estrechó en un largo abrazó con una mujer a quien casi nadie conocía: era una de las cocineras de la selección. La enorme tarea de alimentar a jugadores de élite.
Por infobae.com
Para cualquier deportista de élite la buena alimentación es fundamental y mucho más durante una competencia de alta exigencia como un Mundial de fútbol, ya que lo que comen afecta el resultado y el rendimiento. Esto no implica que los jugadores eviten los llamados “permitidos” y estos, en el caso de los futbolistas, siempre tienen que ver con los platos típicos de la Argentina.
Los jugadores de la Selección nacional mostraron varias veces en sus redes sociales las comidas que compartían, especialmente aquellas que estaban dentro de la excepción a su nutrición habitual —como las milanesas con papas fritas, por ejemplo—, a la vez que trascendió el cargamento llevado a Qatar para pasar este largo mes de competencia que, por fortuna para todos los argentinos, completaron desde el primero al último día y, tras el triunfo ante Francia, regresaron con la ansiada copa del mundo.
El extenso abrazo de Lionel Messi con una mujer a quien casi nadie conocía, apenas finalizado el partido de la final y en medio de lo más álgido de la emoción, hizo especular a muchos. Algunos la confundieron, en un primer momento, con la mamá del 10, Celia. Pero no, luego se supo que ese gesto de afecto y amistad del capitán argentino se lo dispensó a Antonia Farías, de 42 años, quien lleva una década trabajando con el seleccionado y es una pieza clave en la organización de la logística ya que es, nada más ni nada menos, que una de las cocineras del predio de Ezeiza, que acompaña a los futbolistas en cada viaje. Integró la delegación en la Copa América de Brasil, en La Finalissima y en Qatar. Es una de las dos representantes femeninas en el grupo. La otra es Verónica Miele, marketing manager de Argentina.
Antonia trabaja codo a codo con Diego Iacovone, cocinero a cargo. Ambos elaboran, no solo en enormes asados que disfruta el plantel de la Selección tanto en Argentina como en las travesías por el exterior. La tarea de Farías es silenciosa para quienes están afuera, pero no puertas adentro.
Sergio “el Kun” Agüero se refirió hace unos días a los “permitidos” de los jugadores. “Después del partido hay milanesa napolitana con papas fritas. Es una especie de motivación. Igual algunos comen, otros comen lo que venga. Es el permitido, nosotros le decimos. En Inglaterra comíamos pizza o fideos con salsa. Se puede tomar vino, cerveza”, relató.
Los cortes llevados a Qatar fueron, además, matambre (188 kilos), bife angosto sin cordón (145,5 kilos), lomo (136,3 kilos), tapa de asado (128,5 kilos), roast beef (119,8 kilos), bife angosto con lomo (89,7 kilos), colita de cuadril (80,3 kilos), osobuco (67,9 kilos), tapa de cuadril (60,9 kilos), peceto (45,9 kilos) y entraña (42 kilos).
Esto junto con 5 parrillas, 4 tradicionales y una especial. Las parrillas son de producción nacional y fueron provistas por la empresa Fuegos JL que arrancó en 2018 y fue seleccionada entre otras diez para brindarle sus productos a la AFA y tener ese orgullo especial de que su trabajo estuvo en Qatar y ya fue usado por la Selección. En cuanto a la yerba, trascendió que se llevaron 5.000 kilos, para un equipo de 75 personas.
Pero, ¿cuál es la dieta habitual de los jugadores de fútbol de alta competencia? Por ejemplo, Leo Messi tuvo un importante cambio de dieta después del Mundial de 2014, cuando consultó a un nutricionista italiano por recomendación de Martín Demichelis. Se trata de Giuliano Poser, que le dio recomendaciones y “prohibiciones”. Según dijo el propio nutricionista al diario As: “el azúcar es lo peor que hay para los músculos. Mientras más lejos se esté del azúcar, mejor. Las harinas refinadas también son un gran problema, básicamente porque hoy en día es muy difícil encontrar un grano de trigo sano, sin contaminar”. Respecto de Messi había señalado al diario catalán Mundo Deportivo, que “Leo tuvo la intuición y la humildad de tratar de hacer algo diferente en su vida profesional”. Antes de esta dieta, había presentado vómitos y algunas lesiones musculares.
Entre los alimentos que el rosarino debió dejar y sobre cuyo abandono en parte se basa su rendimiento físico se encuentran los alfajores, las galletitas, las gaseosas, las frituras y el dulce de leche en grandes cantidades. Messi reconoció en su momento: “Tenía de todo adentro de la panza. Un quilombo bárbaro por lo mal que comí durante muchísimos años. Uno con un buen físico, y encima 22, 23 o 24 años no siente absolutamente nada malo en el cuerpo”. Pero luego, los años pasan y se comienza a notar.
Entonces, comenzó una dieta balanceada. Además de quitarle el azúcar y las harinas refinadas, el especialista moderó el consumo de carne. Ese alimento, dijo, debe consumirse “en la medida justa. Muchísimo menos de lo que habitualmente comen los argentinos, porque es un alimento difícil de digerir”.
En cuanto a lo que come el 10, la lista incluye lo siguiente: pescado, pollo, cerdo, arroz sin condimentos, verduras, frutas, alimentos orgánicos. “Las verduras, frutas de temporada y una buena cantidad de agua son combustibles esenciales para nuestros músculos. Hay que reducir la ingesta de alimentos procesados o contaminados”, aseguró el médico. De esta forma, sumó alimentos ricos en vitaminas, minerales, fibra y enzimas contenidas en los granos enteros, legumbres, frutas y verduras, pescado y en el aceite de oliva. La buena alimentación “es especialmente útil para la prevención de las patologías de sobrecarga típicos del atleta: tendinitis, entesitis y contracturas musculares”, aseguró Poser.
El profesor de Nutrición en la Universidad de Almería y Universidad Internacional de La Rioja, Antonio Fernando Murillo Cancho, escribió en la revista The Conversation que la dieta de los jugadores de fútbol debe ser de “cuatro comidas diarias: desayuno, almuerzo, merienda y cena. Dichas comidas se basarán en cereales (pasta, arroz, etc.), preferiblemente integrales, y legumbres acompañadas de pescados y carnes con baja cantidad de grasa”.
El experto advirtió, por otra parte, que “ese plan alimentario varía en las cantidades —no en los ingredientes— según la actividad física y el puesto que desempeña cada jugador en el equipo. El guardameta no realiza el mismo esfuerzo que el centrocampista y, por tanto, su necesidad energética es muy diferente”, dijo.
Sobre todo en climas calurosos como el de Qatar, agregó, “es absolutamente esencial evitar la deshidratación temida, que reduce la capacidad física y mental de los jugadores. Pero hidratarse no solo consiste en beber una cantidad determinada de líquido: una gran parte del agua que ingerimos proviene de los alimentos, especialmente de frutas y verduras. Teniendo esto en cuenta, la estrella culinaria debe ser un amplio buffet de ensaladas. Estas deben contener gran variedad de vegetales crudos y ligeramente cocinados, a los que acompañarán frutas frescas y secas, pastas, arroz, legumbres, semillas variadas y pescados marinados o ahumados con aliños ligeros, proteína vegetal como el tofu y huevos”. La idea es que estas ensaladas sean completas y nutritivas, con una variación constante en los ingredientes que permitan una alimentación equilibrada y evitar caer en la monotonía y el aburrimiento gastronómico”.