La Corte Suprema iraní ordenó que un joven manifestante condenado a muerte a principios de noviembre vuelva a ser juzgado, anunció el miércoles la agencia de la autoridad judicial, Mizan Online.
Mahan Sadrat forma parte de las 11 personas condenadas a muerte, según la justicia iraní, en relación a las manifestaciones que sacuden el país desde hace tres meses.
Las protestas, consideradas como “disturbios” por las autoridades, surgieron tras la muerte bajo custodia, el 16 de septiembre, de Mahsa Amini, una kurda iraní de 22 años detenida por la policía de la moral por no llevar puesto el velo correctamente.
Dos condenados a muerte, ambos de 23 años, ya fueron ejecutados, tras ser condenados por haber matado o herido a miembros de las fuerzas de seguridad o paramilitares.
Mahan Sadrat fue declarado culpable el 3 de noviembre por ser un “mohareb” (estar en guerra contra Dios), tras haber sacado un cuchillo y sembrar el miedo alrededor suyo, había informado la agencia oficial de noticias Irna.
Mahan Sadrat niega haber sacado un cuchillo pero admite que prendió fuego a una motocicleta, según Irna.
Su condena a muerte fue suspendida la semana pasada.
“Según los nuevos motivos y elementos de prueba en el caso de Mahan Sadrat Marni, el pedido de nuevo proceso del acusado fue considerado conforme a la ley (…) y el caso ha sido reenviado al tribunal para un nuevo proceso”, indicó el miércoles Mizan Online, sin dar más detalles.
La agencia de la autoridad judicial también afirmó que “no se pronunció ninguna condena definitiva” en lo que atañe al médico Hamid Ghare-Hasanlou.
Los comentarios de Mizan tienen lugar después de que el diario reformista Etemad informara el miércoles que “la condena a muerte de Ghare-Hasanlou había sido anulada”. AFP