La cena navideña venezolana es una travesía no solo por la memoria gustativa del país. Tiene un retazo de cada una de las culturas que se mezclaron en tiempos de la independencia y de las oleadas migratorias que se establecieron en Venezuela, huyendo de conflictos bélicos.
Por Adriana Núñez Rabascall / vozdeamerica.com
Sobre una masa de maíz se unen unos 10 ingredientes que dan a luz a la protagonista de este platillo típico de la Nochebuena: la hallaca, un tamal cubierto por hojas de plátano que envuelve sabores y recuerdos.
En la nación petrolera es tradición que en diciembre las familias se junten frente a una mesa para confeccionar este manjar.
“La preparación de la hallaca es todo. Es volver a la infancia, a la reunión con los primos, con los abuelos. Toda esta fiesta que se hace alrededor de la hallaca”, relata Matilde Rico, administradora caraqueña, dedicada a la gastronomía.
A Rico, la hallaca la acompaña desde los 9 años, cuando aprendió a prepararla con su madre. Hoy las hace no sólo en diciembre sino todo el año, para ofrecerlas a quienes viven fuera de Venezuela y regresan de visita.
“Si vienen en febrero, marzo o abril, tienen que conseguir hallacas para comer. Tienen que conseguir quien les dé la oportunidad de reencontrarse con los sabores de su infancia”, dijo Rico.
A la conocida como “multisápida” se le suman en un mismo plato una rebanada de pan de jamón, un trozo de cerdo y la llamada “ensalada de gallina”, que regularmente se prepara con pollo.
“En nuestro plato navideño. Tenemos una cantidad de cosas que hemos ido incorporando recientemente porque tenemos una amplitud y una apertura a lo nuevo. Tenemos una gran curiosidad por probar, por incorporar cosas y por ‘venezolanizar’ las cosas”, dijo la antropóloga Ocarina Castillo, fundadora de la cátedra Antropología de los Sabores en la Universidad Central de Venezuela y del Diplomado en Alimentación y Cultura en Venezuela.
“En nuestro plato navideño están no solo están las tres matrices que nos formaron como sociedad y nación: lo indígena, con sus aportes, lo europeo y después lo africano; sino después las sucesivas migraciones que desde la época colonial hasta recientemente nos han ido visitando, y cada una de ellas nos han ido dejando sabores, componentes y cosas ricas que hemos ido incorporando”, refiere Castillo.
Aunque el precio de los productos que se sirven en Navidad aumentaron 41 por ciento en comparación con el año pasado, según el Observatorio Venezolano de Finanzas, cientos de familias hacen sacrificios para impedir que la crisis económica les arrebate esa oportunidad de compartir junto a sus seres queridos.
“Si hay que reducir un poco, se reduce; pero siempre estamos ahí, compartiendo, que es lo importante”, dijo Daniel Gutiérrez, un venezolano que que completa la lista de compras en el supermercado.