Valéria Campos es una enfermera brasileña que se aplicaba extensiones de pestañas con frecuencia, pero nunca imaginó que podía desarrollar algún tipo de alergia al realizarse este procedimiento estético.
Por ABC
Según explica, la mujer volvió al salón de belleza para un retoque y ponerse algunas que ya se le habían caído, sin embargo, al finalizar el procedimiento notó que algo iba muy mal, y tras tres horas de la colocación sus párpados se enrojecieron, hincharon y comenzó a tener mucho dolor.
«El profesional usó los mismos materiales a los que ya estaba acostumbrada. Pero a medida que pasaban las horas, mi ojo comenzó a hincharse y me dolía más y más», recuerda Valéria.
Como se había realizado el tratamiento un sábado por la noche, tuvo que aguantar el dolor hasta el día siguiente y tras quitarse las pestañas, acudió a a urgencias para recibir atención médica, pues el dolor y la hinchazón en sus ojos continuaba.
El oftalmólogo que la atendió le indicó que tenía una infección, aunque desconocía si era provocada por el pegamento que utilizaron para aplicar las pestañas o por el material con el que estaban hechas.
Para su fortuna, la infección no le dañó la vista. Sin embargo, para recuperarse tuvo que tomar antibióticos durante 7 días mientras que sus pestañas naturales perdieron su volumen y aspecto anteriores al procedimiento de extensión.
Otro caso parecido es el de la estudiante Adne Lucilla Carvalho Santos que se realizó el procedimiento de extensión con hilos sintéticos por primera vez en julio. Pero nada más terminarlo empezó a sentir una reacción alérgica.
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