El papa emérito Benedicto XVI, quien murió el pasado 31 de diciembre en el monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano, a sus 95 años, provenía de una familia religiosa. No fue el único que siguió los lineamientos de la iglesia católica, pues su hermano mayor Georg Ratzinger, ingresó al mismo tiempo que Joseph a su formación sacerdotal en la Arquidiócesis de Munich-Freising. Ambos se ordenaron como sacerdotes en 1951.
Por RCN Noticias
Hernán Olano, experto en temas del Vaticano, reveló interesantes curiosidades de la vida de Joseph Ratzinger. Una de ellas es que el papa emérito tenía una fijación por los gatos, que se habían convertido no solo en sus mascotas favoritas, sino en sus fieles compañeros cuando vivía frente al Vaticano, antes de convertirse en la máxima autoridad de la iglesia.
Cuando adoptó el nombre de Benedicto XVI en 2005 y “se mudó a la Santa Sede no pudo llevar consigo a sus gatos por lo que se vio obligado a dejarlos en el apartamento donde residía”. En ese momento no solo tuvo que alejarse de sus mascotas, sino también de su piano y de su biblioteca personal que cuenta con más de 20.000 libros, siendo esta otra de las aficiones del pontífice.
Benedicto XVI, sin duda alguna, fue un religioso culto, ortodoxo y que tenía un manejo impecable de los idiomas, pues había adoptado casi a la perfección nueve lenguas distintas.
La afición más marcadas de Benedicto XVI
Una de las pasiones del papa emérito durante toda su vida fueron los helicópteros, por lo que durante su juventud se convirtió en un osado piloto de este tipo de aeronaves, pues volar era una de las cosas que más disfrutaba.
Pese a ser un piloto de helicóptero, siempre se rehusó a manejar vehículos, razón por la que nunca tuvo licencia de conducir, indicó Olano.
¿Cuál era la comida favorita del papa emérito?
De acuerdo con el vaticanista, a Benedicto XVI le gustaba mucho la comida en el Sótano del Mesón Bávaro, “allí hay una mesa siempre reservada para el cardenal Ratzinger que tiene una foto suya y unas cartas de agradecimiento”.
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