Antes de que finalizara el año pasado escribí sobre la trama en que se había metido el nuevo presidente de Colombia, Gustavo Petro, al tratar de apoyar los diálogos en Venezuela mientras en su país no estaba lograda todavía la anhelada paz con los grupos en armas.
Y, ciertamente, Petro estaba bailando un joropo (político) al cual no había sido invitado.
La alegría por el anuncio a finales del año pasado del presidente colombiano de que el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y otros grupos armados habían aceptado un cese temporal bilateral al fuego duró horas o minutos.
Al desmentirlo inmediatamente la cúpula guerrillera dejando a Petro – para no decirlo de otra manera-, como un tonto. Un tonto político que es nada más ni nada menos que al jefe de Estado de Colombia.
Hace rato que en Latinoamérica no ocurría un escenario de este tipo y mucho menos con un asunto tan complejo y serio como el camino de la paz que todos deseamos para la hermana Colombia.
Petro erró con este anuncio o alguien de su equipo se equivocó y lo llevó a él a cometer ese grave error que le minimiza su majestad en el poder.
El joropo se oye fuerte y está vivo, Petro intenta bailarlo al apostar por Maduro pero el baile es zapateado y no puede seguir estos pasos ni siquiera en su propio país.
¿Cuándo se va a salir de ese baile y entender que primero se tiene que enfocar en su país donde nada se tiene consolidado para después entonces tratar de apoyar la paz en otra nación como Venezuela en un conflicto de geopolítica internacional donde hay intereses de Cuba, Rusia, China, Irán y hasta Estados Unidos?
Es una trama difícil que no debía ocurrir y ahora comenzando el año lo confirma.
Grave que el presidente neo granadino haga un anuncio y después se eche para atrás lo que realmente evidencia torpeza en el manejo del caso, y por supuesto, una inexperiencia para no decir que cayó en una trampa “caza bobos“una de esas que acostumbra poner la guerrilla para matar inocentes.
Petro se metió en un baile al que no fue invitado al tratar de ser el gran jefe de Colombia y Venezuela y se vio que, hasta ahora, Colombia le está quedando grande. Concéntrese en Colombia y deje de jugar a ser el padrino de Maduro quien quizás (y es una hipótesis) pudo estar detrás de este desmentido del ELN, ese grupo guerrillero que vive y disfruta a sus anchas en Venezuela bajo el amparo de Maduro Moros.
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