Más de un centenar de docentes en San Juan de los Morros, capital del estado Guárico, volvió a protestar este martes 10 de enero para exigir la firma de un contrato colectivo que reivindique sus beneficios socioeconómicos.
Por Corresponsalía La Patilla.
Celina Cordero, docente activa, señaló que tienen tres años esperando la firma del contrato colectivo y aseguró que lo que hoy gana un maestro es insuficiente para proporcionar calidad de vida a la familia.
“Estamos exigiendo un salario justo que esté acorde a la cesta básica, que actualmente está en 400 dólares y nosotros ni siquiera ganamos 10 dólares”, lamentó.
Cordero envió un mensaje a los estudiantes y enfatizó que la protesta de los trabajadores de la educación también es en defensa del derecho a una educación de calidad que ellos merecen.
“Le hemos dicho siempre a nuestros estudiantes: no estamos violentando sus derechos, los estamos defendiendo, porque tenemos que cubrir muchas necesidades de las escuelas. Tenemos que llevar cepillo, coleto, desinfectante para lavar los baños, nunca hay agua; entonces, estamos exigiendo esos derechos por los niños”, aseveró la docente.
Entretanto, Oswaldo Alemán recordó que se mantendrán en protesta pacífica hasta tanto logren la firma de un contrato colectivo que reivindique al maestro venezolano.
“Estamos amparados en el artículo 91 de la Carta Magna, donde se establece que el trabajador y la trabajadora necesitan un salario digno y han pasado años en los que ni siquiera los beneficios nos favorecen. No contamos con el Ipasme (Instituto de Previsión y Asistencia Social) para el personal del Ministerio de Educación, no tenemos un seguro de HCM (hospitalización, cirugía y maternidad) y no tenemos dónde recurrir cuando se nos enferme un familiar”, cuestionó Alemán.
Pese a la ausencia de algunos representantes sindicales, las afueras de la sede de Zona Educativa en San Juan de los Morros fue nuevamente el sitio donde este martes se concentraron maestros, personal obrero y administrativo, tanto activos como jubilados, algunos con banderas tricolor en su espalda sonaron silbatos y tocaron cacerolas, mientras otros sujetaron pancartas y gritaron consignas en reclamo por un salario justo.