Las alteraciones medioambientales y el cambio climático son determinantes en la transmisión y en la distribución del virus del Nilo Occidental, según ha comprobado un equipo de científicas españolas.
Investigadoras del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), de España, han liderado una revisión de la literatura científica que se ha publicado entre los años 2000 y 2020 en torno a este virus y han comprobado cómo los factores climáticos y ambientales han influido en la distribución de la enfermedad en Europa.
El virus del Nilo Occidental (VNO) es un “flavivirus” ampliamente distribuido por todo el mundo, y su presencia es endémica en muchos países y está considerado un patógeno emergente en distintas zonas de Europa y de la región mediterránea, recordó este miércoles el Instituto de Salud Carlos III en una nota de prensa.
Se transmite principalmente a través de la picadura de un tipo de mosquitos -los del género Culex- mientras que los principales reservorios -los animales que portan la infección- son las aves.
La infección puede afectar a las personas y producir enfermedad neurológica en un porcentaje muy reducido de las infecciones (en menos del 1 por ciento de las infecciones), y en algunos casos la muerte.
La distribución y transmisión del Virus del Nilo Occidental se debe a diferentes factores, entre ellos ambientales, que determinan los efectos sobre las poblaciones de vectores -los mosquitos que lo contagian- y los reservorios animales.
Para mejorar el conocimiento sobre la influencia de los factores ambientales y climáticos ligados a la expansión del virus, las investigadoras del ISCIII han analizado 65 estudios, publicados entre los años 2000 y 2020, que estudiaban tanto los vectores (mosquitos), como los reservorios animales (principalmente aves) como las infecciones en mamíferos (humanos y caballos, principalmente).
Los resultados, publicados en la revista One Health, indican que cambios en factores ambientales relacionados con el cambio climático están afectando a la epidemiología de esta enfermedad, aunque para cuantificar el impacto en su distribución geográfica independiente del medio ambiente será necesario llevar a cabo más estudios que analicen su ciclo completo de transmisión como virus zoonótico (capaz de pasar de animales a personas).
Además de cambios en las temperaturas y las precipitaciones, se hallaron otros factores ambientales relacionados positivamente con la dinámica de transmisión y distribución del virus, como el denominado índice de vegetación de diferencia normalizada -que estima la cantidad, calidad y desarrollo de la vegetación en una determinada zona- y la expansión de hábitats en los que el ser humano ha llevado a cabo actividades que transforman el medio ambiente.
Las investigadoras han corroborado que, dada la actual expansión y endemicidad del virus en numerosas zonas de Europa, es fundamental adoptar enfoques multidisciplinares, con una perspectiva de “una sola salud” (one health) para comprender mejor su epidemiología y mejorar así su vigilancia y control.
EFE