Es penoso lo que ha sucedido con los partidos políticos y el liderazgo opositor, pero no es trágico. Hay mucho camino por recorrer a pesar de las idioteces de algunos de los líderes que aún circundan en el escenario. Prueba de ello las masivas manifestaciones de repudio a la dictadura, los gritos de descontento, el desafío social a las barbaridades del régimen. Lo advertí hace un tiempo: el libre mercado enterrará al chavismo.
La manera cómo Maduro intentará salvar su pellejo es arreciando con nuevos controles. Eso traerá más descontento interno.
El chavismo acabará con el chavismo.
El primer paso de la rebelión popular
El opositor que debería liderar el posible derrocamiento de la dictadura debería emerger de las protestas sindicales de los últimos días. Varias son las causas por las cuales lo sugiero, dos principales. La primera es la corajuda determinación para enfrentar al régimen pese a todas las adversidades y consecuencias (estigmatización, persecución, cárcel) que mostraron los protestantes; la segunda, la capacidad de organización para la movilización social y la rebelión.
Determinación y organización social (para protestar) son los elementos cardinales para que ocurra la rebelión popular total y la libertad.
Ambas dieron un primer paso.
La tenacidad de María Corina
Sin duda, el Lech Walesa venezolano está en las calles, ¿se juntará con el Gorbachov venezolano para liberar al país? Si la tenacidad y coherencia de María Corina Machado se vincularán a ambas fuerzas algo diferente sucedería. Ella es la última reserva moral dentro de la política. Quizá pueda –por su ascendencia– fomentar esa gran alianza política que se necesita para derrocar al chavismo, incluiría a Guaidó. Los que queremos libertad vemos tal alianza con entusiasmo
El G3 (sea lo que sea eso) y los partidos políticos (AD, PJ y UNT) jamás derrocarán al chavismo. ¡Jamás!
Lo derrocarás tú y la alianza rebelde.
La pelea es peleando
La mano invisible del mercado comienza a hacer de las suyas entre emprendedores (la mayoría chavistas) y consumidores venezolanos. Hay oferta, hay demanda, se ajustan las necesidades, los intereses y los precios. La dolarización de la economía también ha funcionado en contra del chavismo. Obviamente, todos quieren igualdad frente a la ley, seguridad jurídica y el cese de los abusos. Nada de ello sucederá con el chavismo.
Hay que pelear, hay que pelear duro. La indisposición con la dictadura es mayúscula, hay que capitalizarla con determinación y organización.
¿Lo hacemos?
Sin falacias por la libertad
Con el desastre opositor liderado por Henrique Capriles, donde todos los espacios internacionales alcanzados fueron entregados sin exigir nada a cambio, ni siquiera la liberación de un preso político (claro, Capriles ya había entregado la presidencia, que le podría preocupar embajadas, OEA, etc.), el chantaje de la “unidad” por la unidad quedó obsoleto. Ahora los ciudadanos podremos decidir sin falacias por la libertad o la cohabitación esclava.
No todo está perdido, Venezuela no se rinde ni la rinden, sólo espera que la alianza luche deveras contra chavistas y sus amiguitos opositores.
La alianza mostró su rostro.