El tráfico de trenes estaba paralizado el viernes en Inglaterra por una nueva huelga de los trabajadores del ferrocarril, que exigen aumentos salariales y mejores condiciones laborales en un país que ve multiplicarse las protestas ante la escalada de los precios.
Las diferentes compañías ferroviarias anunciaron fuertes perturbaciones y algunas tuvieron que cancelar todos sus trayectos.
Este es el segundo paro de los ferroviarios en tres días. El miércoles se unieron a profesores y funcionarios públicos en la mayor huelga ocurrida en el Reino Unido en más de 11 años.
Los sindicatos Aslef y RMT, convocantes del paro del viernes, reclaman mejores salarios y condiciones de trabajo para los ferroviarios, en un momento en que el país sufre una inflación que supera el 10% desde hace meses.
Las patronales fustigaron por su parte el rechazo sindical a una propuesta de aumento salarial del 8% para los maquinistas a lo largo de dos años.
“Se nos pide que renunciemos a la negociación colectiva”, declaró Simon Weller, responsable de Aslef, a la agencia de noticias británica PA. “Era obvio que este acuerdo iba a ser rechazado. Fue diseñado para fracasar”, afirmó.
“Esperábamos que los responsables de Aslef participaran de forma constructiva para hacer avanzar las negociaciones, en lugar de organizar nuevas huelgas innecesarias”, afirmó por su parte el Rail Delivery Group, que representa a las empresas.
En el Reino Unido, las huelgas se multiplican en todos los sectores ante la crisis del coste de la vida. El próximo lunes, las enfermeras de la sanidad pública volverán a realizar un paro nacional, tras haberlo hecho en diciembre por primera vez en su historia y dos días más en enero tras fracasar sus negociaciones con el gobierno.
Esta vez se sumarán a ellas los empleados de ambulancias, conductores, paramédicos y telefonistas, en la que será la mayor huelga en la maltrecha sanidad pública británica, aquejada por años de austeridad, desde su creación en 1948.
Por su parte, el gobierno conservador de Rishi Sunak está tramitando en el parlamento un proyecto de ley para limitar el derecho de huelga con la imposición de servicios mínimos.
AFP