El papa Francisco se reúne este sábado con desplazados internos de Sudán del Sur, tras haber exhortado a los dirigentes a dar “un nuevo impulso” a las gestiones de paz en este paupérrimo país africano desgarrado por las luchas de poder.
Acompañado por los jefes de las Iglesias de Inglaterra y Escocia, representantes de las otras dos confesiones cristianas del Estado más joven del mundo, el pontífice, de 86 años, subrayó en un discurso ante las autoridades en Juba, la capital, que el camino “tortuoso” de la paz ya no podía ser postergado.
Este país de 12 millones de habitantes, mayoritariamente católico y que tras décadas de conflicto se independizó en 2011 de Sudán -de mayoría musulmana-, sufrió de 2013 a 2018 una guerra civil entre seguidores de los líderes Salva Kiir y Riek Machar, que dejó 380.000 muertos.
En la mañana del sábado, el papa llegó en silla de ruedas y en medio de cánticos a la catedral de Santa Teresa, donde pidió a obispos, sacerdotes y religiosos católicos “caminar en medio del sufrimiento y las lágrimas” y “ensuciarse las manos por la gente”.
Pese a un acuerdo de paz firmado en 2018, la violencia persiste y el país contaba en diciembre con 2,2 millones de desplazados, según la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
El papa argentino, muy comprometido con la defensa de los migrantes, se reunirá con algunos de ellos la tarde del sábado.
Unas 4.000 personas, según las autoridades, se reunieron muy temprano para esperar al sumo pontífice en el patio de la catedral de Santa Teresa, muchos de ellos agitando banderas nacionales, en un ambiente festivo.
“Hemos venido aquí para recibir sus bendiciones. Todo es cuestión de paz. El papa Francisco ni siquiera puede caminar, pero viene aquí para animar a nuestros dirigentes”, declaró a la AFP John Makuei, de 24 años, que llegó antes del amanecer para no perderse este “día histórico”.
Al final de la jornada, pronunciará su tercer y último discurso del día durante una oración ecuménica. A su lado estarán el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, jefe espiritual de la Iglesia Anglicana, y Iain Greenshields, la personalidad más importante de la Iglesia de Escocia.
– “Basta de destrucción” –
El sumo pontífice urgió el viernes a adoptar acciones concretas a las autoridades de este país de 60 grupos étnicos, azotado por el hambre y la miseria.
“Las generaciones futuras honrarán o borrarán la memoria de sus nombres en base a cuanto ustedes hagan ahora”, advirtió Francisco, quien visita Sudán del Sur por primera vez desde que obtuvo la independencia.
“Basta ya de sangre derramada, basta de conflictos, basta de agresiones y acusaciones recíprocas sobre quien haya sido culpable, basta de dejar al pueblo sediento de paz. Basta de destrucción, es la hora de la construcción”, exhortó.
La Iglesia católica juega un papel clave en las zonas sin servicios gubernamentales y donde los trabajadores humanitarios suelen ser víctimas de ataques, cuando no mueren de forma violenta.
La ONG Human Rights Watch exhortó el viernes a los dirigentes religiosos a presionar a los dirigentes sursudaneses para “resolver la crisis actual de los derechos humanos en el país y la impunidad generalizada”.
Tras su encuentro con el papa, el presidente Salva Kiir anunció en un decreto que indultaba a 71 presos, 36 de ellos condenados a muerte, pero sin dar más detalles.
“Cuando tocó el suelo en Juba, todos nos sentimos bendecidos. Su presencia nos traerá una paz duradera”, aseguró Gladys Mananyu, de 62 años, tras ver pasar el papamóvil.
En 2019, un año después de la firma del acuerdo de paz, Francisco recibió en el Vaticano a Salva Kiir y Riek Mashar y se arrodilló para besarles los pies, suplicándoles que hicieran las paces, un gesto simbólico que marcó a los habitantes del país.
Sudán del Sur es la segunda y última etapa de esta tercera gira de Francisco por África subsahariana.
El periplo se inició el martes en República Democrática del Congo (RDC), donde condenó las “crueles atrocidades” perpetradas desde hace décadas por grupos armados, que dejaron cientos de miles de muertos y millones de desplazados.
Esta gira debía realizarse en julio de 2022 pero fue aplazada debido a sus problemas de rodilla.
AFP