El director regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el Mediterráneo Oriental, Ahmed al Mandhari, denunció hoy que no hay que esperar a “eventos trágicos” como los terremotos que han asolado la zona fronteriza entre Turquía y Siria para recordar la situación en el país árabe, donde las crisis humanitarias se concatenan sin solución desde hace ya doce años.
En ese sentido, Al Mandhari recordó que en Siria “sorprendentemente más gente necesita asistencia humanitaria hoy en día” que en ningún otro momento desde que empezara la guerra civil, y que mientras “las necesidades han escalado aún más allá” de los terremotos del lunes, la financiación para el auxilio a la zona “ha caído”.
“A pesar de enfrentar múltiples crisis concurrentes y que se unen una a la siguiente en los últimos años, la comunidad internacional ha olvidado largamente a Siria. Mientras las necesidades humanitarias y de salud crecen, la financiación disminuye”, denunció.
Al Mandhari apuntó que tras el terremoto, la prioridad de la OMS será asegurar que los heridos reciban atención médica necesaria para salvar vidas “tan pronto como sea posible” para evitar una mayor pérdida de vida y heridas graves, así como ayudar a quienes se han quedado sin hogar para que su exposición a los elementos no los exponga a mayores riesgos sanitarios.
En ese sentido, envió su respeto y admiración a los trabajadores de la salud sirios, que están respondiendo a “otra nueva emergencia” con todo su compromiso para salvar vidas a pesar de las demandas exigentes y los recursos limitados de los que disponen.
El responsable regional de la OMS insistió en que hoy los sirios “necesitan más que nuestra simpatía” y que se les permita vivir “una vida libre de enfermedad, hambre y otras amenazas de salud pública”.
Precisamente ayer la Organización de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA, en inglés) recordó que Siria ya sufre una epidemia de cólera y pasa un duro invierno con fuertes lluvias y nieve, y que hay un déficit en la financiación internacional de casi un 48% solo en relación al último trimestre.
De momento, al menos han muerto en Siria 1.552 personas y otras 3.549 han resultado heridas, tanto en el territorio dominado por la oposición al gobierno de Damasco como en la zona que permanece leal al presidente sirio, Bachar al Asad.
Los Cascos Blancos, un grupo de rescatistas que opera en las áreas en manos de la oposición, alertó este martes de que “se está agotando el tiempo” y recordó que “cientos” de personas continúan atrapadas.
EFE