El 7 de febrero, un terremoto de magnitud 7,8 en la escala de Ritchter azotó a Turquía y Siria, dejando una ola de devastación y miles de muertos. Si bien el incidente fue en tierras muy lejanas a California, la situación puso en extrema alerta al llamado Estado Dorado, debido a sus antecedentes sísmicos, y diferentes especialistas remarcaron su preocupación. Un artículo de la Universidad de California, Riverside, advirtió: “Se sacudirá inevitablemente como Turquía”, una perspectiva con la cual coincidieron diferentes expertos.
Por La Nación
El terremoto reciente en Turquía se produjo por el mismo tipo de fractura geológica que recorre la gran extensión de California: la falla de San Andrés. Al respecto, el sismólogo de UC Riverside David Oglesby aportó luz sobre cuáles son las condiciones que comparten ambos territorios.
De acuerdo con la perspectiva de Oglesby, que también es profesor de geofísica en el Departamento de Ciencias de la Tierra y Planetarias de la UCR, en California un sismo de magnitud 7,8 produciría daños devastadores.
Una simulación del Servicio Geológico del país sobre un movimiento de esa escala al sur de California dio un aproximado de las potenciales estadísticas. Ante un terremoto de similares condiciones habría cerca de 1800 muertos y 50 mil heridos en el Estado Dorado. También quedarían destruidos los principales servicios públicos de transporte, electricidad y agua. Los habitantes más cercanos a la falla, como los del valle de Coachella, Inland Empire y Antelope Valley, serían los más damnificados.
Otra simulación demostró que, se produjera un sismo de magnitud 7 en la falla de Hayward, al este de San Francisco, habría 800 muertos e incendios posteriores. Ambos escenarios producirían los terremotos más mortíferos en los últimos 100 años en esta zona.
Según el Centro de Terremotos del sur de California, un movimiento de magnitud 7,5 en la falla del puente Hills, que pasa por los condados de Los Ángeles y Orange, causaría entre 3000 y 18 mil decesos.
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