El premio Nobel hispano-peruano Mario Vargas Llosa fue recibido este jueves como nuevo miembro de la Academia Francesa, ocasión que aprovechó para agradecer a Francia la “paradoja” de que fuese esa nación la que le ayudó a sentirse “un escritor peruano y latinoamericano”.
En concreto, el autor de “La fiesta del Chivo” rememoró que, cuando desembarcó en territorio galo en 1959, los franceses, “fascinados por la revolución cubana” antes de que esta se convirtiera en una “tiranía”, habían descubierto y leído antes que él a autores como “Borges, Cortázar, Uslar Pietri, Onetti, Octavio Paz y, más tarde, Gabriel García Márquez”.
“Gracias a Francia descubrí la otra cara de América Latina, los problemas comunes a todos sus países, la horrible herencia de los golpes militares y del subdesarrollo, la guerrilla y los sueños compartidos de liberación”, dijo en su discurso en francés en la sede del Instituto de Francia, vestido con el traje bordado con hojas de olivo de los académicos y portando la tradicional espada.
“Por tanto, fue en Francia -¡qué paradoja!- donde comencé a sentirme un escritor peruano y latinoamericano”, destacó ante los miembros de la institución creada en 1635 por el cardenal Richelieu para velar por la lengua francesa.
Entre los invitados de esta ceremonia se encuentran, entre otros, el rey emérito Juan Carlos de Borbón y su hija Cristina, así como los hijos del Nobel hispanoperuano y su exesposa, Patricia Llosa.
También ocupan un lugar de honor el resto de miembros de la Academia Francesa, entre los que se encuentran el escritor de origen libanés Amin Maalouf o la historiadora y politóloga Hélène Carrère d’Encausse, que es también la “secretaria perpetua” de la institución.
En un largo discurso, Vargas Llosa agradeció la oportunidad de ocupar el sillón número 18 de la institución y, siguiendo los cánones de la Academia, una parte de su alocución fue de “elogio” a su predecesor en el asiento, el filósofo Michel Serres, fallecido en 2019.
Asimismo, recordó cómo Gustave Flaubert y la literatura francesa le ayudaron a convertirse en el escritor que es.
“La misma tarde de mi llegada a París, en 1959 como dije, compré un ejemplar de ‘Madame Bovary’ en La Joie de Lire (La alegría de leer), una librería que encontraba simpática”, rememoró.
Vargas Llosa recalcó que “la literatura tiene necesidad de libertad por existir” y terminó su discurso asegurando que la literatura del futuro será “lo que nosotros queramos”.
“¿Puede desaparecer? Sería posible, sin duda, pero un mundo sin soñadores sería pobre y de los tristes”, expresó.
En nombre de la Academia Francesa respondió el escritor, editor y diplomático Daniel Rondeau, que describió como una “gran alegría” la oportunidad de acoger al autor de “La ciudad y los perros” en el gran templo de la lengua de Molière.
La elección de Vargas Llosa como nuevo miembro de la Academia tuvo lugar en noviembre de 2021 y ya generó entonces críticas de grupos de intelectuales franceses, tanto porque el Nobel de 2010 nunca ha escrito en lengua francesa como por sus posiciones políticas, que algunos consideraron próximas a la extrema derecha.
Su edad de ingreso tampoco sigue los cánones de la institución, que desde 2010 había establecido un tope de 75 años como máximo para presentarse candidato a uno de los 40 sillones.
“Los inmortales” se reúnen una vez por semana, cada jueves, en privado y a las 15.00 horas, y su misión es contribuir al perfeccionamiento de la lengua francesa y actualizar el diccionario.
EFE