El noroeste de Siria vive una cruel batalla contra el reloj tras el devastador terremoto del lunes 6. Mientras la vecina Turquía, donde se registró el epicentro, avanza en las labores de rescate y recibe ayuda de decenas de países y organizaciones, en las zonas sirias afectadas no solo se lucha contra el desastre, sino también contra las dificultades para recibir apoyo debido al complejo trasfondo político en una nación desangrada por 12 años de guerra civil.
Por El Comercio
¿Qué zonas de Siria fueron afectadas por el terremoto?
El terremoto de magnitud 7,8 registrado la madrugada del lunes ha dejado, hasta el momento, 19.863 fallecidos, 16.546 de ellos en Turquía y 3.317 en Siria.
En Siria, el sismo golpeó gravemente el noroeste del país, mientras mucha gente todavía dormía en esta región donde muchos ya sufrieron la pérdida y el desplazamiento debido a la guerra civil.
Aunque el terremoto golpeó bastas áreas controladas por el gobierno -como la provincia de Latakia y la región de Tartus-, las zonas de Siria bajo control rebelde están entre las más afectadas.
Las provincias de Idlib -último bastión de los rebeldes- y Alepo, en manos de la oposición siria, buscan aún sobrevivientes, pero con pocas esperanzas. En estos lugares residen cerca de 3 millones de desplazados internos, casi tres cuartos de su población total, y 1,8 millones de ellos viven en campamentos o asentamientos informales.
El paso fronterizo de Bab al Hawa es la única vía directa de entrada de suministros a las zonas de las provincias de Idlib y Alepo en manos de la oposición siria.
¿Por qué demora en llegar la ayuda?
El noroeste de Siria, controlado por los rebeldes, recibió este jueves, cuatro días después de la tragedia, su primer convoy de ayuda internacional. El apoyo llegó en seis camiones de la ONU a través del paso fronterizo de Bab al Hawa, el único autorizado para estos envíos desde Turquía.
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