Para Melissa Wairimu, editora de videos en Nairobi, los síntomas comenzaron a los 21 años. Tenía que orinar constantemente y le quemaba cuando lo hacía. También le dolía la espalda.
Por BBC Mundo
Un cultivo de orina detectó una infección del tracto urinario (ITU). “Ni siquiera sabía que había algo llamado ITU “, dice Wairimu. Le recetaron un antibiótico de amplio espectro durante siete días y le dijeron que bebiera mucha agua para eliminarla.
Pero los síntomas siguieron apareciendo, a veces más fuertes. El dolor en la espalda se extendió a su abdomen. Se sentía cansada constantemente, pero le resultaba incómodo acostarse. “Tienes esa sensación de que tienes que ir al baño”, explica.
Esto la mantenía despierta. Y la incapacidad para dormir empeoró la fatiga, lo que dificultó cumplir con su ajustado horario de trabajo.
Wairimu siente que sus médicos no la escucharon. Le dijeron que sus infecciones urinarias podrían deberse al sexo, aunque no estaba teniendo relaciones sexuales.
Los médicos parecían tener prisa por hacer suposiciones y recetar diferentes antibióticos, pero estos no resolvieron el problema.
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