Los grandes artistas están acostumbrados a verse reflejados, reproducidos, en los medios de todas las maneras posibles. Afiches, grandes carteles publicitarios, portadas de discos, publicidades, tapas de revistas, programas de televisión, su voz saliendo de los equipos reproductores de los autos. Saben que su imagen, su voz, su figura y hasta buena parte de sus alegrías y dolores se convierten en algo casi de dominio público. Pocas cosas los pueden sorprender. Están preparados para ver su cara en (casi) cualquier lado. Sin embargo, nadie puede, ni siquiera en su peor pesadilla, suponer que su cara y la de su pareja ocuparán uno de esos carteles que sólo se ven en las películas, en los westerns, esos carteles que los comisarios pegaban en los árboles para dar con el paradero de algún delincuente peligroso y por el que ofrecían recompensa.
Por infobae.com
A fines del siglo pasado, cuando agonizaba 1999, Gloria Trevi apareció junto a Sergio Andrade, su pareja y manager, en uno de esos afiches policiales. SE BUSCAN, clamaba en mayúsculas encima de las fotos de frente de ambos. La Procuraduría General de Justicia del Estado de Chihuahua pedía “datos e información que faciliten la localización del señor Sergio Gustavo Andrade Sánchez y de la señora Gloria de los Ángeles Treviño Ruíz (Gloria Trevi) para el esclarecimiento de los hechos denunciados por los padres de la menor Karina Alejandra Yapor Gómez quien fuera confiada a dichas personas”. Debajo consignaban los teléfonos y las direcciones a las que acudir. Lo cierto es que la imagen de Gloria Trevi no era necesaria para identificarla: era una de las artistas más populares de su país y de Latinoamérica. No debía existir ni un mexicano que no la conociera.
Gloria Trevi, la artista pop desprejuiciada y exitosa, era buscada por la justicia. La acusaban de delitos muy graves. Secuestro y abuso de menores. El caso pasó a ocupar muchísimo espacio en los medios. No era para menos. Y como suele suceder en estos casos fue bautizado rápidamente: El caso del Clan Trevi- Andrade.
Esta que podría ser una oscura historia del pasado se reactivó hace unas pocas semanas. A principios de enero de este año, la revista Rolling Stone dio a conocer que dos mujeres, que protegieron su identidad, denunciaron de nuevo a Sergio Andrade y a Trevi. La denuncia sostiene que fueron captadas por la pareja cuando ellas tenían 13 y 15 años en Puebla y que con la promesa de convertirlas en estrellas en el mundo de la música fueron llevadas a Los Ángeles y convertidas en esclavas sexuales de Andrade inducidas por Trevi.
La cantante negó las acusaciones y en su descargo se ubicó en el rol de víctima, afirmó que eran acusaciones falsas y que ella ya había demostrado su inocencia en varias ocasiones.
Desde que era una niña, Gloria Trevi quiso triunfar en el mundo del espectáculo. Tenía todas las condiciones. Belleza, talento, gracia natural, desparpajo, ambición. Su primera gran oportunidad llegó en 1982, cuando tenía 14 años. Se presentó en un concurso de talentos en el que había que emular a la cantante Lucero. Gloria triunfó. Al año siguiente integró el conjunto juvenil Boquitas Pintadas bajo el mando del productor Sergio Andrade. Se destacó enseguida. Menos de dos años después ya estaba grabando su primer disco solista. Pero esa no fue la única consecuencia. Trevi comenzó una relación amorosa con el productor. Ella tenía 15 años y él casi 30.
A partir de ese momento el crecimiento fue exponencial. Cada álbum y cada presentación tenían más éxito que la anterior. En poco tiempo se convirtió en una súper estrella. Su suceso se extendió a todo el continente. En 1996 anunció que se retiraba temporariamente de los escenarios por un problema de salud de Andrade. La despedida fue con una serie de conciertos multitudinarios en México. Al mismo tiempo firmó un contrato fabuloso con Televisa. 6 años de duración, varias telenovelas, un terceto de películas y un programa televisivo que la convirtió en la figura mejor paga de ese país. Pero una vez que terminó la primera temporada del show televisivo, Gloria desapareció de la esfera pública. Ese silencio y esa distancia súbita se comprendieron unos pocos meses después. La publicación de un libro fue el hecho que modificó ese presente exitoso. Se sospecha que Andrade y Trevi sabían que lloverían sobre ellos acusaciones graves y prefirieron replegarse.
Aline Hernández publicó un libro autobiográfico que se tituló La Gloria en el Infierno. Hernández era cantante y había sido la esposa de Andrade. La relación con el productor comenzó cuando ella tenía nada más que 13 años. Contaba muchas historias dolorosas y hacía varias graves denuncias que se podrían resumir a un modus operandi que parecía muy aceitado: Andrade usufructuaba la fama de Gloria Trevi y reclutaba decenas de jóvenes con la promesa de hacerlas triunfar en el mundo de la música y, finalmente, abusaba de ellas. Los allegados a Trevi trataron de desmerecer lo escrito por Hernández tildándola de despechada. Según ellos sólo se trataban de mentiras que buscaban vengarse del abandono de Andrade. Y el nombre de Trevi era utilizado nada más que para vender más copias. Si ese fue el fin, fue conseguido con creces: se vendieron más de 200.000 ejemplares.
Pero unos meses después el escándalo dejó de ser sólo mediático. La madre de Karina Yapor, una joven captada por Andrade y Trevi, hizo una presentación judicial. Dijo que la academia musical de Andrade en la que estaba su hija adolescente no era tal, sino que se trataba de una fachada para abusar de chicas jóvenes. Trevi era fundamental en la maniobra para atraerlas, era quien las convencía para que se quedaran y se sometieran a su pareja. Todo empezaba con promesas, un casting que incluía desnudos, ilusiones de contratos, cercanía con estrellas y finalizaba con Andrade (y algunos afirman que también participaban otros miembros del clan) manteniendo relaciones sexuales con las menores de edad, quienes luego no podían abandonar la mal llamada academia.
Andrade y Trevi desaparecieron. Durante un largo tiempo no se supo más de ellos. Ese fue el momento en el que la cara de Trevi pasó de las grandes marquesinas a los carteles de buscado.
Interpol comenzó a rastrear a la pareja. Los rumores sobre dónde estaban escondidos eran múltiples. Cada día aparecía alguien que juraba haberlos visto en algún sitio de México o en parajes exóticos de los cinco continentes.
El misterio terminó el 13 de enero del 2000, Gloria Trevi y Sergio Andrade fueron detenidos en Río de Janeiro. Se habían recluido en Brasil para escapar de la persecución policial. Estuvieron prófugos diez meses. Unas semanas después, ya trasladados a Brasilia, la justicia otorgó la extradición a México de los detenidos por los cargos de abuso, secuestro y violación de menores. Pero la pareja realizó presentaciones judiciales para permanecer en territorio brasileño, esgrimiendo que en una cárcel mexicana su vida corría serio peligro. Más de dos años después, a finales de 2002, Gloria Trevi retiró los recursos y aceptó ser trasladada a México para ser juzgada por la justicia de su país. Los mal pensados sostienen que en ese lapso habían conseguido algún juez más amable que suavizaría su situación.
En el medio, Gloria se presentó como una víctima de Andrade. Dijo que había sido engañada, que vivía bajo un mundo de mentiras y amenazada, y que nada tenía que ver con las acusaciones, que ella era otra de las abusadas.
A México regresó en diciembre de 2002. Pero no lo hizo sola. Con ella venía su pequeño hijo Ángel Gabriel. En un principio ella no quiso decir quién era el padre de ese chico que había concebido en la prisión brasileña. Luego dijo que era de Andrade pero que había sido obligada por los guardias a mantener relaciones con él. Pero ese no había sido su único embarazo. Había una historia trágica que se hizo pública después de su detención. Trevi y Andrade habían sido padres de una nena en 1999 mientras estaban prófugos y escondidos en Brasil. Pero tres meses antes de que fueron encontrados, la beba llamada Ana Dalay murió con 33 días de vida. Las circunstancias de su muerte nunca fueron aclaradas. Trevi, mucho tiempo después, dijo que Ana Dalay murió mientras dormía. Pero que ella no estaba demasiado segura de qué era lo que había sucedido por el terrible shock que vivió. Según sus dichos una asistente de Andrade se llevó el cuerpo de su hija apenas había fallecido.
La fiscalía pidió una pena de 34 años de prisión para la cantante. Pero tras estar detenida 4 años, 8 meses y 8 días detenida, Gloria Trevi fue declarada inocente por la justicia de su país y quedó en libertad. Una vez más monopolizó las tapas de todos los medios mexicanos. Andrade fue condenado por los delitos de corrupción de menores, secuestro y violación agravada. La pena fue de 7 años y 10 meses de prisión.
Ya en libertad y después de 9 años de silencio discográfico, Gloria Trevi volvió a sacar un álbum en 2004: Cómo Nace El Universo. A partir de ese momento su carrera resurgió con gran fuerza, como si nada hubiera sucedido.
Llegaron más discos, giras muy exitosas, premios, participaciones como jurado en La Voz, alguna telenovela y contratos millonarios que la convirtieron, una vez más, en la estrella pop más taquillera de México.
Gloria Trevi afirma que todo se trató de una gran difamación contra ella, que cada acusación fue falsa e injusta. Pero que no importó porque ella logró volver, logró recomponerse. Que ya dejó atrás esos 17 años oscuros que vivió con Andrade, casi privada de su libertad y de su capacidad de discernimiento, permanentemente bajo coerción de su pareja y manager. Sólo se lamenta de que la mala reputación que le crearon le impidió estar en el show de medio tiempo del Super Bowl, que según ella es lo que su carrera merece. “Cada golpe me ha hecho más fuerte y más humana. Siento que los que no me conocen al fin me conocerán y me amarán”, declaró.
Cuando a principios de este año aparecieron las nuevas acusaciones, Gloria Trevi emitió un comunicado que difundió a través de sus redes sociales (en Instagram tiene más de 5 millones de seguidores). Dijo ser una sobreviviente de abusos, que las acusaciones eran falsas, que ya había sido juzgada y que la perseguían hacía más de 25 años. Y recordó que en Estados Unidos ella había iniciado acciones por difamación contra los que alguna vez la habían acusado.
Una de las hijas de Andrade, ante estos nuevos señalamientos, apuntó contra Trevi. Contó que ella no tiene trato con su padre por su pasado como abusador. Pero también se preguntó por qué Trevi podía seguir tranquilamente con su vida ya que ella la consideraba tan culpable como a su padre.
Gloria Trevi a los 53 años es una de las más grandes estrellas de la canción de su país, tal vez la que más atracción, intriga, polémicas e ingresos genera. Sin embargo su pasado, si no la condena, al menos la persigue. Las sombras (y las consecuencias) de los hechos de la década del noventa, de las acciones del Clan Trevi-Andrade aparecen cada tanto para amenazar su bienestar. Se supone que las víctimas se harán escuchar una vez más.