Desde que la ocupación militar de Rusia en Ucrania comenzó como una especulación hace casi un año, un concepto bélico surgido en la década del 2000 retomó fuerza ante los ataques que el gobierno ucraniano denunció en contra de la administración del presidente Vladimir Putin que comenzaron a afectar el ciberespacio de páginas web gubernamentales: se trató del comienzo de la llamada guerra híbrida.
La guerra híbrida comprende una serie de ataques que pueden producirse en distintos escenarios: desde misteriosas explosiones submarinas, ciberataques anónimos y sutiles campañas en Internet para afectar las democracias occidentales principalmente, de acuerdo con información de la BBC. Ante ello, fue creado un centro especializado en combatir los efectos de esta “nueva guerra”, cuya sede está en Helsinki, Finlandia y cuenta con el apoyo de organismos internacionales como la OTAN y la Unión Europea (UE).
La directora del Centro Europeo de Excelencia para la Lucha contra las Amenazas Híbridas (CoE Híbrido), Teija Tiilikainen, explicó que la guerra híbrida “se trata de la manipulación del espacio informativo. Se trata de ataques a infraestructuras críticas”. Agregó que se trata de un formato de amenaza ambiguo que hace que las posibles naciones afectadas les resulte difícil protegerse y luchar para defenderse.
Las amenazas híbridas
Tiilikainen señaló que las amenazas híbridas son tan reales como el evento presentado en septiembre de 2022 cuando se registraron potentes explosiones submarinas bajo el mar Báltico entre las costas de Dinamarca y Suecia, las cuales fueron provocadas al abrir enormes agujeros en los gasoductos Nord Stream construidos para transportar gas ruso al norte de Alemania.
El incidente fue atribuido al gobierno de Vladimir Putin, pero Moscú negó tener responsabilidad; sin embargo, los países occidentales tienen grandes sospechas sobre la participación rusa para privar de energía a dichas naciones como castigo por apoyar a Ucrania en el conflicto bélico.
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