El sello de M. C. Escher es inconfundible: las ilusiones ópticas, la arquitectura imposible, los reflejos mareantes y la naturaleza explotada por la geometría. A eso recurre la ciudad neerlandesa de La Haya para celebrar el 125 aniversario del nacimiento del artista gráfico, con varias exposiciones para experimentar este año sus peculiares figuras utópicas.
Pájaros convirtiéndose en peces, agua que fluye hacia arriba, serpentina de escaleras que nunca acaban, o dos manos que se dibujan una a la otra son ejemplos del trabajo “por el que se le conoce y por el que es admirado en todo el mundo, desde Australia a Japón o Brasil”, dice a EFE Judith Kadee, conservadora de “Escher – Otro mundo”, una exposición que acoge el Museo de Arte (Kunstmuseum) de La Haya desde este sábado hasta septiembre.
“Es un buen año para celebrar su legado. Se cumplen 125 años del nacimiento de Escher y eso es un motivo estupendo para una fiesta, no solo en La Haya, sino en todo Países Bajos, porque es un artista muy conocido. Mucha gente conoce sus imágenes, y creo que es parte de nuestra cultura”, dice Kadee, delante de una obra tridimensional que reta al arte de Escher.
Maurits Cornelis Escher (1898-1972) nació en la ciudad frisia de Leeuwarden, a 200 kilómetros de La Haya, y dedicó su carrera a buscar de forma obsesiva una transición de la superficie plana del papel a la espacialidad, un enfoque conceptual que ha sabido jugar con la percepción del espectador.
En su exposición, el Kunstmuseum combina los famosos grabados bidimensionales del artista neerlandés con siete instalaciones tridimensionales espectaculares del dúo de artistas belgas Gijs Van Vaerenbergh, un diálogo espacial entre geometrías que provoca tal confusión óptica como el fenómeno representado en los grabados de Escher.
“Hemos invitado a la pareja Gijs Van Vaerenbergh a que conteste al trabajo y el legado de Escher. Ellos hacen un trabajo que, de alguna manera, está temáticamente relacionado con Escher. Trabajan en una especie de frontera entre la arquitectura y el arte, y es algo muy interesante. Así que han hecho instalaciones muy grandes para esta exposición”, añade.
¿Cómo dialogan ambas obras? La temática de la muestra es un contraste entre el día y la noche, tan queridos por Escher. Las intervenciones de Gijs Van Vaerenbergh consisten en asociaciones escultóricas con, entre otras cosas, ligereza y pesadez, temporalidad y eternidad, arquitectura imposible e infinito; temas que también son centrales en la obra de Escher.
Las salas más grandes están llenas de luz y se camina por espejos, naturaleza, los primeros trabajos de arquitectura de Escher, pero también las eternidades y construcciones imposibles.
“En la parte que corresponde a la noche, donde todo está muy oscuro, están los temas más pequeños de Escher a los que responden Gijs Van Vaerenbergh. Son como pequeñas luces en la oscuridad”, explica Kadee.
Una segunda exposición, “El descubridor de Escher: Samuel Jessurun de Mesquita”, también se inaugura este fin de semana en Escher in Het Paleis, un museo en el centro de La Haya, y estará disponible hasta octubre. El también artista gráfico fue profesor en la Escuela de Arquitectura y Artes Decorativas, donde quedó impresionado por la obra de un estudiante de arquitectura llamado Maurits Cornelis Escher, a quien convenció para cambiar de carrera.
Escher se convirtió luego en un maestro del arte gráfico y ambos, profesor y estudiante, formaron un vínculo artístico y personal de por vida.
“Sus preferencias artísticas son en parte las mismas, pero De Mesquita tiene una firma muy propia. En su representación de personas y animales, deja de lado todo lo que no es esencial y presenta a sus sujetos con una serie de líneas fuertes. En otras actuaciones es algo más libre; estas obras se originan en la fantasía y, a menudo, son humorísticas, pero a veces también son de naturaleza amenazante”, dice el Escher in Het Paleis
Incluso después de la muerte de De Mesquita en Auschwitz en 1944, Escher honra a su maestro y amigo, y este museo de La Haya celebra ahora a ambos colgando los trabajos de alumno y profesor cara a cara.
El fin de semana inaugural no solo es cuestión del Kunstmuseum y Escher en Het Paleis: está repleto de actividades organizadas junto a socios culturales, escuelas, barrios y empresarios de la ciudad. La Haya será la ciudad de Escher en 2023 e incluso algunos edificios estarán decorados al estilo de Escher.
EFE