En la historia del narcotráfico han aparecido mujeres tras la organización de algunos cárteles. Incluso algunas se convirtieron en sicarias para asegurar el éxito de las operaciones en las que estaban involucradas. Los actos que desempeñaron para distintos grupos delictivos, las llevaron a prisión.
Por Infobae
El lado femenino de las organizaciones delictivas, puede llegar a ser aún más brutal que el mostrado por los capos. Así lo exponen casos como el de Margarita Calderón Ojeda, “La China”, quien se convirtió en la sicaria líder de las Fuerzas Especiales de los Dámaso, célula del Cártel de Sinaloa (CDS), según la Procuraduría General de Justicia de Baja California Sur.
Además de “La China”, existieron otras mujeres tras las armas de grandes grupos delictivos que llegaron a ejecutar homicidios y organizar secuestros. Sus historias a menudo terminan de forma trágica, tras la rejas durante décadas o dentro de fosas clandestinas.
Rosalinda Carrillo Ochoa, “La Estrella”
Uno de los casos que generó controversia fue la historia de Rosalinda Carrillo Ochoa “La Estrella”. Ella fue una de las primeras mujeres en liderar una célula del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). La Fiscalía General de la República informó que esta joven tenía aproximadamente 20 años cuando fue detenida por la policía del estado Jalisco en noviembre de 2012.
Las autoridades de esa entidad la habían identificado como la autora de una serie de homicidios. El extitular de la Secretaría de Seguridad Pública, Prevención y Reinserción Social de Jalisco, Luis Carlos Nájera Gutiérrez de Velasco, explicó que ella estuvo involucrada en el asesinato del entonces jefe de la Policía de San Martin Hidalgo. En 2019, “La Estrella” fue condenada a 15 años de prisión por el Juzgado Segundo de Distrito de Procesos Penales Federales.
Uno de los casos que generó controversia fue la historia de Rosalinda Carrillo Ochoa “La Estrella”. Ella fue una de las primeras mujeres en liderar una célula del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). La Fiscalía General de la República informó que esta joven tenía aproximadamente 20 años cuando fue detenida por la policía del estado Jalisco en noviembre de 2012.
Las autoridades de esa entidad la habían identificado como la autora de una serie de homicidios. El extitular de la Secretaría de Seguridad Pública, Prevención y Reinserción Social de Jalisco, Luis Carlos Nájera Gutiérrez de Velasco, explicó que ella estuvo involucrada en el asesinato del entonces jefe de la Policía de San Martin Hidalgo. En 2019, “La Estrella” fue condenada a 15 años de prisión por el Juzgado Segundo de Distrito de Procesos Penales Federales.
Magaly Sánchez
A diferencia de los anteriores casos, Magaly Sánchez comenzó su vida como sicaria después de que miembros de los Zetas asesinaran a su hija tras meses de haber nacido. La cofundadora de la ONG Reinserta, Saskia Niño de Rivera, compartió en redes sociales el testimonio de esta mujer, quien cumple una sentencia de 45 años en el Centro de Reinserción Social Femenil en el estado de Nuevo León.
En la entrevista, Sánchez reveló que tras matar al asesino de su hija, miembros de los Zetas se enteraron de los hechos e intentaron interrogarla bajo la sospecha de que trabajaba para un cártel rival. Al conocer la historia de venganza, la célula delictiva ofreció protección a la mujer, así ella inició a trabajar como sicaria y secuestradora.
Las autoridades del estado de Nuevo León habían seguido las pistas del grupo delictivo. A mediados de 2022, Sánchez fue detenida durante un operativo en una de las casas de seguridad de Los Zetas, donde tenían secuestrado a un joven. La sentenciaron a 45 años de prisión.
Su testimonio ganó relevancia cuando la mujer contó que cuando tenía 11 años, fue entregada por su propio padre a un narcomenudista, quien la embarazó. Años después, ella se involucró con otros narcotraficantes que la introdujeron en ese negocio. Al cumplir 17 años, conoció a otro criminal, el padre de su segunda hija. El hombre la abandonó pese a que tenía enemigos en la zona, quienes asesinaron a la bebé.
Margarita Calderón Ojeda, “La China”
Esta sicaria fue delatada por su expareja Pedro Héctor Gómez Camarena, “El Chino”. En noviembre de 2011, la Procuraduría General de Justicia de Baja California Sur detuvo al entonces joven de 20 años, luego de que tratara de alejarse de los sicarios de Dámaso López Serrano, “El Mini Lic”.
Las autoridades de ese estado explicaron que Margarita Calderón Ojeda, “La China” fue identificada como la lideresa de varios brazos armados, en particular de Las Fuerzas Especiales de los Dámaso. Esta célula estaba ligada al Cártel de Sinaloa. El comando de la sicaria terminó cuando sus superiores ordenaron ceder su lugar a Abel Nahúm Quintero Manjarrez, “El Grande”.
En respuesta, “La China” decidió fundar su propia organización delictiva, pero la información que su entonces novio proporcionó a la policía, facilitó la captura de la mujer en Cabo San Lucas durante septiembre de 2015, según los archivos de las autoridades de la región. En agosto de 2018, Calderón Ojeda ganó un amparo para ser trasladada de la cárcel femenil de máxima seguridad de Morelos al penal de La Paz. Según fuentes extraoficiales, ella es responsable de 170 homicidios.
Joselyn Alejandra Niño, “La Flaca”
La corta vida de Joselyn Alejandra Niño, “La Flaca” se conoce por su crudo final y las operaciones que realizaba en el Cártel de las Flacas. El investigador de la Universidad Autónoma de Sinaloa, Juan Carlos Ayala, explicó para Infobae México en 2017, que estas organizaciones delictivas conformadas por mujeres son un fenómeno impulsado por las ambiciones de estas jóvenes en convertirse en líderes de un cártel.
Andrew Chesnut, profesor de Estudios Religiosos de la Universidad de Virginia, en Estados Unidos declaró que desde 2007, hubo un crecimiento en el número de “sicarias”. Las estadísticas del gobierno federal al cierre de de 2020, mil 225 mujeres se encuentran en prisiones federales bajo proceso o sentenciadas por delitos como homicidio, delincuencia organizada, tráfico de drogas, portación de armas y/o secuestro.
Chesnut también explicó que las sicarias pueden operar de forma más sigilosa en comparación con sus homólogos masculinos. Ese fue el caso de Joselyn, quien se operó en Tamaulipas y trabajaba para el Cártel del Golfo, según las autoridades mexicanas.
Debido a su cuerpo delgado, ella y su cártel fueron conocidos por esa característica, pues las jóvenes del grupo delictivo compartían una apariencia inofensiva por su bajo peso. La policía de Tamaulipas aseguraba que Joselyn era una de las sicarias encargadas de organizar homicidios.
Su trayectoria terminó en abril de 2015, cuando el grupo rival “Los Metros”, también ligado al Cártel del Golfo”, la secuestraron entre los días 12 y 13, Río Bravo, Tamaulipas, según las estimaciones policiales de aquella zona. El 14 del mismo mes, aparecieron en redes sociales fotografías del cuerpo desmembrado de Joselyn. Sus enemigos se adjudicaron el crimen.
Leticia Rodríguez, “Doña Lety”
La mujer es exintegrante de la extinta Policía Judicial Federal, desaparecida en 2002, según la Fiscalía de Cancún. Desde 2013, las autoridades la identificaron como la lideresa del Cártel de Cancún, ligado al CDS. “Doña Lety” operaba en Quintana Roo para realizar cobro de piso y extorsiones.
La Fiscalía General de la República (FGR) también atribuyó a Rodríguez la venta de cocaína en diversos municipios de Quintana Roo, posesión de armas de uso exclusivo del ejército y diversos secuestros que terminaron en homicidios. Según las autoridades, Leticia Rodríguez, “Doña Lety” habría comenzado como narcomenudista y sicaria bajo instrucciones del CDS, hasta liderar su propia organización delictiva.
Fue detenida en agosto de 2017 por fuerzas militares en coordinación con la Procuraduría General de la República (PGR). Ha estado tras las rejas durante tres años y ocho meses hasta abril de 2021, cuando comenzaron nuevos juicios sobre sus crímenes. Para noviembre de 2022, fue absuelta de los cargos por venta y distribución de cocaína, de acuerdo con la información de Ricardo Mejía Berdeja, el entonces subsecretario de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC).