Tres horas tardó Bertha* en huir de Ecuador con sus ocho hijos. De un momento a otro, un conocido le propuso el año pasado que se fuera a Estados Unidos atravesando a pie la selva del Darién y ella no lo pensó demasiado. “Nos vamos todos”, dijo.
Por BBC Mundo
Había perdido uno de sus trabajos durante la pandemia y su sueldo de apenas US$300 no les alcanzaba ni para comer. “La situación era muy grave. Ya ni siquiera podía mandar a mis hijos a la escuela”, cuenta a BBC Mundo la mujer de 40 años, desde su nuevo hogar en Estados Unidos.
“Cuando me ofrecieron ayudarme a pagar el viaje, solo pensé en que tendríamos una mejor vida. Nunca me imaginé todo lo que pasaríamos en la selva”.
Bertha, sin embargo, no duda en afirmar que repetiría esa travesía.
“No quiero volver a Ecuador. No por ahora. Pasé por cosas muy difíciles en mi país. Los criminales abusaron de mis hijas. No me dejaron poner la denuncia. Atacaron mi casa con piedras. Nos amenazaron. Siento que nos salvamos y Dios sabe por qué nos trajo hasta acá”.
Hasta hace poco la selva del Darién -el peligroso paso que une a Colombia con Panamá- no era tan frecuentado por los ecuatorianos. Pero desde 2022 su presencia se ha disparado. Incluso, en octubre del año pasado, el número de migrantes provenientes de Ecuador llegó a superar al de los haitianos.
Este año, el flujo de ecuatorianos por la selva se mantiene en aumento. Según datos del Ministerio de Seguridad Pública de Panamá, más de 37.000 personas han atravesado el Darién hasta el 15 de febrero y al menos 9.536 son ecuatorianos.
Por primera vez, superan a los venezolanos en su intento por llegar a Estados Unidos a través de la selva y pelean con los haitianos ese dudoso honor de ser los primeros.
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