El otro comunicado de respuesta a la Corte Penal Internacional es un asunto delicado, por lo que se afirma en el documento acerca de la investigación y la actuación del Fiscal Khan, intentar descalificar a la Corte Internacional Penal y transformarse de verdugo en victima es un recurso con poco vuelo, se cae por su propio peso y colocarse al margen de la justicia internacional, si esa es la intención sube el costo político para el gobierno, que se aislaría como Ortega en Nicaragua, reduciendo las opciones de relaciones institucionales con el mundo democrático y aún con los gobiernos afines como Colombia, Brasil, Chile y Argentina, donde el tema de la violación de derechos humanos y crímenes de lesa humanidad tiene una sensibilidad muy alta, por lo sufrido durante las dictaduras militares y las acciones irregulares en contra de lideres, dirigentes populares y políticos, por parte de las fuerzas militares y policiales, la guerrilla y los grupos paramilitares, incluso durante gobiernos aparentemente democráticos.
La interrogante que se presenta en esta coyuntura, es que tanto puede soportar Maduro sin radicalizar y reprimir las muchas protestas que se desarrollan en el país exigiendo mejoras salariales y de servicios públicos, para los cuales no tiene respuestas ni soluciones.
Maduro ha demostrado una fortaleza a lo interno de los factores de poder que lo mantienen al frente, una capacidad de mantener desunida y desorganizada a la oposición política, pero el tema económico devora el poco apoyo popular que le queda y con el frente que acaba de abrir descalificando a la Corte Penal Internacional, sumado a la incapacidad por ofrecer soluciones a la crisis social, se está alineando para una resistencia sin épica ni relato, porque el argumento según el cual las sanciones económicas son las responsables del desastre no se las cree nadie fuera de las filas maduristas, la tragedia de Venezuela tiene responsables, pero no es tiempo de venganza, es hora de soluciones y unión.