Las protestas convocadas en Italia por el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, han estado acompañadas de una huelga general de 24 horas a la que se han sumado sindicatos de varios sectores pero que se ha notado especialmente en el transporte público.
Además del paro, las mujeres han acudido por séptimo año consecutivo a las manifestaciones organizadas en 37 ciudades del país, como Roma, Milán, Turín, Florencia y Génova, bajo el lema “Non Una di Meno” (Ni una menos), un movimiento en protesta contra todas las formas de violencia de género.
A pesar de que organizaciones vinculadas a la sanidad y la educación también habían anunciado su apoyo a la huelga, donde más se ha notó el apoyo fue en los transportes.
En Roma, el metro suspendió la circulación de trenes varias horas durante la mañana y mantuvo clausuradas algunas de las estaciones más frecuentadas por los pasajeros, mientras que apenas circularon autobuses en la capital italiana.
En Milán, segunda ciudad más poblada del país, los servicios mínimos estuvieron garantizados aunque con constantes atrasos de tranvías y buses.
A nivel institucional, el presidente de la República Italiana, Sergio Mattarella, pidió recorrer con la “máxima determinación y rapidez” el camino hacia una “igualdad verdadera”, durante un acto en conmemoración de la jornada.
Por su parte, el Senado italiano colocó una rosa blanca en los asientos ocupados por mujeres mientras que la primera ministra, Giorgia Meloni, recibió a dos jóvenes cristianas nigerianas perseguidas: Maria Joseph y Janada Markus, de 19 y 22 años respectivamente, ambas huidas de los terroristas de Boko Haram.
El papa Francisco también se unió a la celebración al agradecer a las mujeres “su compromiso en la construcción de una sociedad más humana” y pedir para ellas un aplauso, al término de la audiencia general celebrada ante miles en la plaza de San Pedro del Vaticano.
Por su parte, bajo el lema “Si hacemos huelga, el mundo se para”, la huelga se convocó contra toda forma de discriminación y racismo, la guerra, el desastre ecológico, la inflación, de acuerdo con el manifiesto de las organizadoras.
Pero también para reivindicar el aborto libre y gratuito, una renta de autodeterminación y el bienestar público y universal para las féminas, incluidas “las mujeres kurdas, afganas e iraníes y las mujeres de todo el mundo que luchan por una vida libre de opresión y feliz”.
El empeoramiento de la condición general de la vida de las mujeres, “empezando por el aspecto laboral, pero afectando a todos los demás ámbitos, social, familiar, cultural, salud y seguridad salarial y no salarial” fueron las principales razones de la convocatoria del paro.
Y también “la carga del trabajo de cuidados por la falta de servicios públicos y gratuitos y los graves recortes de recursos para la escuela pública, la sanidad pública”, así como “una condición de trágica violencia contra las mujeres/feminicidios y de ataque al derecho de libre elección de la mayoría de las mujeres sobre la maternidad y/o el aborto”, explicaron los sindicatos.
EFE