Lizmar Marcano es una madre tenaz, creadora de la Fundación Niño Lobo en Venezuela. Y cuando se dice “tenaz” es porque no se rinde ante las dificultades. Su primer hijo falleció a los 45 días de nacido, pero ella insistió en tener una familia y volvió a quedar embarazada. Solo le pedía a Dios que su hijo naciera vivo.
Por: Aleteia
El 15 de diciembre de 2012, mediante una cesárea, nació Christopher Chiu Marcano. Los médicos no dejaron de sorprenderse al ver que el recién nacido estaba cubierto de vellos, algo “poco frecuente” en el mundo y primer caso documentado en Venezuela.
Los científicos conocen esta condición como Síndrome de Ambras y la catalogan de “enfermedad rara”, aunque todavía no existe una sola definición. También la llaman “hipertricosis lanuginosa congénita”, “hipertricosis universal congénita” e “hipertricosis universal”, pero es más conocida mundialmente como “Síndrome del hombre lobo”.
Desde el nacimiento de Christopher, Lizmar afianzó su fe en Dios y su capacidad de emprender. Solo así podría fortalecer su vida y entender qué estaba pasando con su hijo. Siempre buscó la manera de conocer más sobre esto para salir adelante.
Adicional a la creación de la Fundación Niño Lobo, en medio del Covid 19, buscó a través de la cocina dar respuestas a las necesidades alimenticias de Christopher y su hija de siete años. Comenzó con dulces de fresas y luego aprendió hacer postres más complejos. Emprendió así Casa Mar Delicatessen, pero quiere avanzar mucho más.
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