Un hombre originario de Buffalo, Nueva York, tenía una extraña sensación respecto de su origen, que lo llevaba a sentir que no era parte de su familia. Tanto sus características físicas como de personalidad no se parecían a las de sus hermanos, entre otras varias diferencias. Vivió su vida así, hasta que una de sus hijas investigó sus orígenes verdaderos y le confirmó la verdad. No había sido adoptado, sino que lo habían intercambiado con otro bebé en el hospital donde nació.
Por La Nación
Andy Perkins era el único con ojos azules y cabello claro de su familia. Los temas tenían la tez diferente y eran más altos. Esto lo llevo a sentirse desplazado, sobre todo en la etapa de la secundaria, cuando comenzó a creer que había sido adoptado.
No obstante, décadas después se enteró de que, efectivamente, no pertenecía a esa familia. El descubrimiento lo hizo una de sus hijas, Candi Perkins Summers, quien se dedicó a analizar su historia en 2015. En 2017, la teoría del hombre se convirtió en una realidad. La mujer le hizo pruebas de ADN a sus progenitores y se dio cuenta de que su papá no estaba emparentado biológicamente con ninguno de los Perkins.
“Miré la lista de coincidencias de ADN de mi padre y no reconocí ni un solo apellido”, declaró Candi Perkins a The Post. La mujer descubrió que estaba relacionado con muchas personas de apellido Robinson, que radicaban en Rochester y Warsaw, Nueva York, ciudades cercanas de donde nació Perkins. Otros más estaban en Tennessee y Carolina del Sur.
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