La legendaria actriz no sólo se destaca por su trayectoria cinematográfica: su vida es una película en sí misma. Fue criada en una secta; su película más taquillera la llevó al divorcio; y su papel de amante tóxica se replicó durante años en la vida real, con otra conocida estrella de Hollywood. Los avatares de una vida digna de llevar a la ficción
Ya se ha dicho infinidad de veces que la realidad supera la ficción. Lo llamativo es que la verdadera vida de la mejor actriz de todos los tiempos exceda en argumentos al más dramático de sus films, incluso, teñida de capítulos que atraviesan la mismísima película que la llevó al podio de la fama: Atracción fatal.
Por Infobae
Aunque es, sin duda alguna, una de las favoritas de Hollywood, Glenn Close se distingue por su despojo ante las luces, como explicó en sus propias palabras, “La palabra diva tiene una connotación negativa. Mi definición de una diva es alguien cuyo talento no coincide con lo que está tratando de tocar, por lo que surge todo este temperamento”.
La múltiple nominada -al Oscar ocho veces, ganó tres Tonys, tres Emmys, tres Globos de Oro y un Screen Actors Guild Award, entre otros premios- fue abandonada en internados, criada en una secta, y eso es sólo el principio de su intrigante historia.
Su infancia entre una secta y el Congo Belga
Glenn Close nació el 19 de marzo de 1947 en Greenwich, Connecticut. Hija de Elizabeth Mary H. Bettine Moore, era una socialité y filántropa, y William Taliaferro Close, un destacado médico, ambos padres eran de familias de clase alta.
Cuando tenía siete años, toda su familia se unió a un culto religioso ultraconservador llamado Rearme Moral (MRA). El culto, dirigido por un reverendo fundamentalista evangélico anti intelectual de Pensilvania llamado Frank Buchman -había sido fundado durante la década de 1930 para oponerse a la perspectiva de que Estados Unidos entrara en la guerra contra el nazismo- quien hizo que los Close se mudaran a África y luego a Suiza, donde Glenn y sus hermanas fueron dejadas en internados. “Tuve una educación extraña”, dijo.
Su padre fue médico personal y amigo cercano del dictador Mobutu Sese Seko de Zaire. Además de ser su doctor privado, fue nombrado médico jefe del ejército nacional y ayudó a controlar la propagación de la epidemia mortal de ébola que afectó a Zaire en 1976. Más tarde, se convirtió en un destacado investigador sobre el virus del SIDA.
Cuando Glenn tenía 13 años, su papá abrió una clínica en el Congo Belga -hoy República Democrática del Congo- y la dirigió durante 16 años. Durante la mayor parte de ese tiempo, los niños Close vivieron alternativamente en África y en internados en Suiza. “Mi padre era cirujano y un gran triunfador, y ser actriz probablemente no sea una carrera que haya pensado para mí. Así que en realidad me dijo que sería mejor que aprendiera taquigrafía como respaldo. Tomé un curso de este tipo durante la universidad y era muy mala en eso”.
Close dijo que mientras estabas en la secta, “no se te permitía hacer nada, o te hacían sentir culpable por cualquier deseo antinatural. Si hablas con alguien que estuvo en un grupo que básicamente dicta cómo se supone que debes vivir, lo que se supone que debes decir, y cómo se supone que debes sentirte, desde que tienes 7 años hasta que tienes 22, eso tiene un profundo impacto en vos. Es algo que tienes que superar conscientemente porque todos tus puntos de activación están incorrectos”, reveló en una entrevista con Hollywood Reporter.
Cuando era una adulta joven, actuó en el grupo Up With People, una organización de actuación itinerante de culto que fue diseñada como un contrapunto de derecha para el movimiento hippie, hasta que finalmente en 1970 se separó tanto del MRA como de Up With People. “Hace tiempo que perdoné a mis padres por todo esto. Tenían sus razones para hacer lo que hicieron, y las entiendo. Tuvo efectos terribles en sus hijos, pero así son las cosas. Todos tratamos de sobrevivir, ¿verdad? Y creo que lo que realmente me salvó más que nada fue mi deseo de ser actriz”, reconoció Close.
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