Muere joven de 22 años que recibió 36 perdigones durante protestas en Perú

Muere joven de 22 años que recibió 36 perdigones durante protestas en Perú

 

Rosalino Flores: falleció manifestante que participó en violentas protestas contra Dina Boluarte en Cusco.

 

 

Rosalino Flores, un joven de 22 años que recibió el impacto de 36 perdigones el pasado 11 de enero en la ciudad de Cuzco durante las protestas antigubernamentales de Perú, murió este martes en el hospital de Lima donde se encontraba internado, lo que elevó a 49 el total de víctimas mortales de la represión de las manifestaciones.

“Tras casi dos meses de agonía, falleció Rosalino Flores, joven de 22 años que recibió más de 30 perdigones de metal en el estómago durante las protestas en Cusco”, informó en Twitter la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (CNDDHH).

El organismo expresó su “solidaridad y profundo pesar” a la familia de Flores y remarcó que ahora suman 49 los civiles que han muerto durante la represión de las protestas contra el Gobierno de Dina Boluarte que comenzaron en diciembre pasado.

La congresista izquierdista Ruth Luque también señaló en su cuenta en Twitter que acababa de “recibir la triste noticia del fallecimiento de Rosalino Flores”.

“Su cuerpo no resistió más. Mi solidaridad y condolencias a su familia. Un nueva muerte carga este gobierno. Rosalino tenía 22 años, cuyos sueños fueron arrebatados por este gobierno”, agregó.

La legisladora había informado previamente que este miércoles se cumplían dos meses del traslado de Flores desde Cuzco al Hospital Arzobispo Loayza, de Lima, donde permanecía en una unidad de cuidados intensivos y solo recibía “nutrición parenteral” (por vía intravenosa).

Flores, quien era estudiante de gastronomía, recibió el pasado 11 de enero el impacto de 36 perdigones disparados desde muy cerca por agentes de la Policía Nacional que reprimían a los manifestantes, según afirmó poco después del incidente su hermano Juan José y quedó registrado en cámaras de seguridad de la zona.

“Mi hermano vino a apoyar a los heridos, a los asfixiados que estaban con las bombas lacrimógenas, él no llevaba nada de armas, ni de piedras en la mano, y le dispararon”, declaró su hermano al portal de investigación Ojo Público, un relato que corroboran las cámaras de seguridad.

Añadió que el impacto de los perdigones se produjo “más o menos de cuatro a cinco metros de distancia” y que estos afectaron el intestino delgado y grueso, además de un riñón y un pulmón, por lo que el joven debió ser operado de urgencia.

Este caso se suma a los de otros 48 civiles que, según datos de la Defensoría del Pueblo, murieron durante enfrentamientos con las fuerzas del orden, mientras que un policía perdió la vida tras ser quemado vivo y otras 11 personas debido a los bloqueos de carreteras por manifestantes.

Boluarte confirmó otro fallecimiento por estas mismas causas, el de un paciente que quedó retenido en los bloqueos, y Unicef informó del deceso de un bebé nonato, además de la muerte de una mujer en la norteña región de La Libertad, reportada por la Policía.

El primer ministro, Alberto Otárola, confirmó el 19 de enero el fallecimiento de cuatro ciudadanos haitianos y días más tarde la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) elevó la cifra a siete ciudadanos de ese país que quedaron varados, expuestos a adversidades climáticas y limitado acceso a servicios básicos.

El 6 de marzo pasado se confirmó la muerte de 6 militares, que se ahogaron al intentar cruzar el río Ilave, en el sur del país, supuestamente para evitar un enfrentamiento con manifestantes de esa zona de la región de Puno.

EFE

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