Una desconocida enfermedad mortal, una comunidad perseguida por un invasor despiadado y unos valientes médicos y religiosos.
Por: BBC
La anterior parece la lista de ingredientes de una película de Hollywood, pero forman parte de un episodio no muy conocido de la II Guerra Mundial y del que este año se conmemorarán ocho décadas.
Todo ocurrió en Roma a finales de 1943, cuando las tropas de la Alemania nazi tomaron la capital italiana tras el derrocamiento de su aliado, el fascista Benito Mussolini, a manos de un grupo de militares, empresarios y políticos.
Luego de hacerse con la “ciudad eterna”, los soldados de Adolfo Hitler iniciaron una cacería contra la comunidad judía de la urbe, que hasta entonces se había salvado del brutal persecución y aniquilamiento registrada en otras zonas de Europa.
Para evitar ser deportados a los temidos campos de concentración, de los cuales habían comenzado a llegar informaciones, muchos judíos se refugiaron con vecinos, pero sobre todo en iglesias, monasterios, conventos y hasta en hospitales administrados por la Iglesia Católica.
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