Durante los partidos de la selección argentina en el Mundial de Qatar, el país se paralizaba. Por al menos un rato, los trabajadores dejaban de lado sus tareas para concentrarse en el encuentro en cuestión y así sufrieron y festejaron cada jugada que ahora forma parte de la historia del deporte nacional. Pero, hubo una pequeña porción de la población que no podía poner freno a sus obligaciones por la vitalidad de las mismas y este es el caso de los trabajadores de la salud. Por eso, el hospital de Campo Gallo, una pequeña localidad de Santiago del Estero, fue escenario de un momento inolvidable.
Por Infobae
El martes 13 de diciembre, cerca del mediodía, los médicos y enfermeros del lugar habían dejado su sala de descanso lista para el gran duelo entre la Albiceleste y Croacia por las semifinales de la Copa del Mundo. Después de lo que había sido el triunfo por penales ante Países Bajos, los fanáticos estaban ilusionados con vencer al último subcampeón para alcanzar las semifinales y por eso desde temprano el televisor había sintonizado el canal que transmitiría el duelo desde las 16 horas. Pero, la urgencia llamó a la puerta.
“Estábamos todos reunidos para ver el partido, esperábamos que no pasara nada, pero llegó esta madre y dijo, ‘Doctores, estoy con dolores’”, recordó en diálogo con Infobae la obstetra Flavia Iñíguez Tulli, quien es pieza clave de este área en el centro médico de Campo Gallo. Quien pedía atención era Natalia Pérez, una mujer de 30 años que había llegado desde una zona rural en donde vive acompañada de su sobrina. Al verla, Flavia se dio cuenta de que no faltaba mucho para que el bebé que estaba en su vientre naciera.
“La interné cerca del mediodía y cerca de las 16.25 horas la vuelvo a revisar y la paso a sala de parto. Ahí la hacemos subir, yo estaba llamando a todos avisando que teníamos un parto e imaginate la cara del enfermero. Yo me quedé con ella en todo momento”, narró. Mientras los médicos corrían de un lado hacia el otro para iniciar el parto, la madre, aferrada a Flavia, le contó sobre una promesa: “Doctora, mi hijo se va a llamar como el jugador que haga el primer gol”.
“Yo me quedé sorprendida y ella me insistió ‘Mi hijo va a tener el nombre del primero que haga el gol’. Fue increíble”. Fue así que iniciaron los trabajos de parto y mientras la madre pujaba y seguía las indicaciones de Flavia, se oyeron gritos en los pasillos. Argentina había marcado el 1-0: “Escuchamos el alboroto afuera. Una cosa impresionante y yo le pregunté al enfermero quién había hecho el gol y me dijo ‘Ya pregunto, doctora’ y ella dijo -cual premonición- ‘Seguro fue Messi’”. Natalia estaba en lo correcto, el 10 había convertido de penal frente a Croacia para poner a la Selección arriba en el marcador y con eso le daba vida a un nuevo Lionel.
“Y así fue y le puso Lio. Obviamente que nosotros no estábamos viendo el partido en la sala de parto, pero ella sintió que había sido Messi”.
“El parto fue completamente normal y Lionel pudo viajar rumbo a su hogar con su madre horas más tarde, después de que las evaluaciones certificaran que era un bebé perfectamente sano. No me lo voy a olvidar nunca en la vida”, aseguró Flavia, quien asiste en partos hace 18 años pero jamás imaginó vivir una situación como la que le tocó el 13 de diciembre.