Polonia, Suecia, Noruega, Alemania y Estados Unidos descubrieron y desbarataron intentos de espionaje en los últimos meses. Con el arresto de Evan Gershkovich, el Kremlin podría buscar una moneda de cambio para negociar con Occidente
Previo a la detención el jueves del periodista Evan Gershkovich de The Wall Street Journal, Rusia sufrió una gran cantidad de derrotas en sus operaciones de inteligencia exterior, con cientos de presuntos “espías rusos” expulsados o acusados de espionaje en países occidentales.
Por Infobae
Primero, Polonia detuvo a nueve miembros de una trama de espionaje ruso, acusados de preparar actos de sabotaje en el país y vigilar rutas ferroviarias empleadas para transportar armas a Ucrania.
Luego, el Departamento de Justicia de Estados Unidos acusó de espionaje a un ruso que, oculto tras un alias brasileño, estudió en la Universidad John Hopkins y trató de unirse a la Corte Penal Internacional (CPI) en La Haya.
Suecia, Noruega y Alemania también aseguraron haber descubierto y desbaratado intentos de espionaje ruso en los últimos meses, mientras Grecia comunicó que el propietario de una tienda de tejidos de Atenas era en realidad un presunto espía ruso.
Asimismo, el servicio de inteligencia exterior británico MI6 sostiene que aproximadamente la mitad de los espías rusos que trabajaban bajo cobertura diplomática en Europa fueron expulsados en los seis meses siguientes a la invasión de Ucrania en febrero de 2022, de acuerdo a información de NBC News.
El FBI y la CIA colaboraron con los países aliados en la detención de los espías rusos, según declaró un antiguo alto funcionario de contraespionaje estadounidense a NBC News. Las detenciones se centraron en rusos que operan como “ilegales” con nombres y pasaportes ficticios, a diferencia de los espías rusos destinados en embajadas, que gozan de protección legal.
Tras la reciente detención de Gershkovich por parte de Rusia, Vladímir Putin podría estar intentando reforzar el mensaje de que Occidente conspira para debilitar a su país, o también podría estar buscando una moneda de cambio para ganar concesiones de Occidente, y de esa manera asegurar la liberación de los rusos acusados de espionaje en el extranjero, según NBC News.
“A menudo es la dinámica política interna de Rusia la que impulsa estas decisiones. Aunque Putin controla las cosas, está claro que quiere crear estas narrativas de que los extranjeros están causando problemas. Detener a un periodista extranjero y afirmar que es un espía -lo que sabemos que no es cierto- alimenta la narrativa de que Occidente nos está socavando desde dentro y que hay enemigos por todas partes”, afirmó John Sipher, ex alto cargo de la CIA que estuvo destinado en Rusia y es cofundador de Spycraft Entertainment, en declaraciones NBC News.
“Aquí se están juntando muchas cosas, y es difícil decir de qué se trata, pero está claro que forma parte del arsenal de armas del Kremlin. Pueden utilizarlo para negociar por alguien”, agregó Sipher.
Según informó el medio independiente Meduza, Gershkovich estaba recopilando información para una nota sobre el Grupo Wagner, los mercenarios que Putin tiene bajo contrato y participan de la invasión a Ucrania bajo el mando de Yevgeny Prighozin, también conocido como el “chef” del jefe del Kremlin por sus negocios gastronómicos.
“El Servicio Federal de Seguridad (FSB) frustró las actividades ilegales del ciudadano estadounidense Evan Gershkovich (…) corresponsal de la oficina de Moscú del diario estadounidense The Wall Street Journal”, señaló el FSB en un comunicado. Lo acusan de espionaje. Horas más tarde, un tribunal le dictó prisión preventiva por dos meses, un plazo que caducará el 29 de mayo.
El prestigioso medio estadounidense negó las acusaciones del FSB y busca la liberación inmediata del reportero. “Nos solidarizamos con Evan y su familia”.
El comunicador, que ha sido detenido en la ciudad de Ekaterimburgo se enfrenta a una posible pena de hasta 20 años de cárcel. Meduza dijo que fue detenido este miércoles frente a un restaurante de la capital de los Urales.
Para los agentes de seguridad de Putin, es sospechoso de “actuar siguiendo órdenes de Estados Unidos para obtener informaciones que constituyen secretos de Estado sobre las actividades de una de las empresas del complejo industrial-militar ruso”.
(Con información de EFE, AFP y Europa Press)