Ni 483 sismos cada hora han hecho temblar de pánico a las familias que viven en las faldas del Nevado del Ruiz, el cual amenaza con estallar en los próximos días. Mientras que las autoridades los incitan a abandonar la zona, ellos se plantan en la tierra y desafían a la naturaleza.
Por Semana
La respuesta de algunos hogares tomó por sorpresa al país: “No nos vamos”, pese al riesgo que corren. El argumento que entregaron es que su sostenimiento económico podría tambalear a raíz de una intimidación natural, que ven lejos de materializarse.
Sandra García duerme hace 12 meses a pocos kilómetros del cráter. Casi todos los días, a las seis de la mañana, el volcán muestra su mejor cara para que los campesinos vean sus entrañas. No lo perciben como un enemigo o un monstruo, sino como un fiel amigo.
“Es hermoso, especialmente cuando llueve”, contó. Se le partió el corazón cuando recibió la visita de los organismos de socorro y le pidieron que abandonara su casa porque podría presentarse una explosión. No cedió, dado que no cree que haya ninguna novedad con él.“¿Que tire ceniza, que ruja cada momentico, que se mueva la tierra? Eso es normal. Aquí vamos a estar con él, no tengo miedo y lo que Dios quiera”, manifestó.
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Qué puede ocurrir con el volcán Nevado del Ruiz en los próximos días