“Puedes perder la fe”: rescatista venezolana relató cómo ayudó en Turquía

“Puedes perder la fe”: rescatista venezolana relató cómo ayudó en Turquía

Después de 150 horas de búsqueda, hubo un rescate exitoso. FOTO: Cortesía

 

 

El 6 de febrero de 2023 un sismo de magnitud 7,8 sacudió a Siria y Turquía y dejó al menos 56.000 muertos, 125.000 heridos y más de 2’000.000 de desplazados. Ese día, la doctora Celina Alonzo se enteró de la noticia al igual que todo el mundo, sin saber que unas horas después ya estaría empacando sus cosas para formar parte del equipo de voluntarios y rescatistas venezolanos que prestaron apoyo en ambos países.





Por Ana María Rodríguez Brazón | EL TIEMPO

“Vas saliendo para Turquía. Es lo que me dicen cuando me llaman y ya ese día en la tarde estábamos todos en la rampa 4”, narra Alonzo, quien formó parte de las 5 mujeres que junto a más de 20 hombres integraron la delegación de la Fuerza de Tarea Humanitaria Simón Bolívar.

Graduada de médico cirujano en la Universidad de Carabobo, en Valencia – a dos horas de Caracas- es anestesióloga especialista en reanimación, médico forense y abogada. “Creo que es una experiencia de Dios que confiaran en mi”, dijo a EL TEMPO Alonzo, mientras narraba su experiencia que describe como “sensorial, espiritual y profesional”.

¿Sintió miedo en algún momento?

-A nosotros nos preparan para muchos escenarios pero cuando llegamos a Adiyaman, era una ciudad completamente devastada, 11 ciudades completamente devastadas , edificios caídos, inhabitables , con la gente afuera, desesperada porque querían encontrar sobrevivientes, querían encontrar a sus familiares para aunque sea despedirlos.

¿Cómo fue la experiencia de rescatista?

-Me convertí en chef haciendo arepas para un refugio, en niñera cambiando pañales. Atendimos a muchos heridos, así que es volver a la esencia.

Cambias personal y profesionalmente. Aprendí a quitar escombros, a tener fe, a creer más en mi país y dejarlo en alto. Siempre sentí miedo, nunca tuvimos aseo personal, no había agua. Todos los días hubo réplicas.

Alonzo narra a este diario cómo en medio de la devastación y noches en los que la temperatura llegaba a -8 grados, la fe fue un factor determinante, incluso cuando sentía que la perdía.

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