Nosotros aquí en Venezuela, con más de 20 años de terco radicalismo, apreciamos y así nos parece, que muchos opositores tercos insisten en luchar contra el interés social por el cambio en paz, no entendiendo que esa terquedad mantendrá la lucha contra un fantasma que nunca dará la cara, ya que el poder es el escudo de la mala política, cuya muestra de su fracaso se ha querido mantener aún después de la muerte de su mentor, el “comandante eterno”.
El tema de que si ¿Venezuela se arregló?, que ha surgido en la fobiosidad de muchos venezolanos en el exilio, ha ocupado muchos titulares desde hace algún tiempo, en el debate del teclado y en las páginas de la prensa digital, sin que se exprese ningún cambio bueno o malo que nos permita aclarar una respuesta válida. Al respecto, hemos vivido durante esos veinte años después del 11 de Abril, una enteléquica incertidumbre que solo ha servido para que se impongan medidas económicas a Venezuela que tanto daño nos han hecho, y bajo la egida de una campaña de descrédito y desmérito al “régimen”, han perturbado todo intento de cambio con el traumático empeño de “sacar al régimen”, como si existiera una real y personificada figura en alguien o algunos, no entendiendo el daño que hizo la abstención y la lucha interpartidos opositores desde hace varios años, que quiérase o no dieron valor y poder a quienes aún detentan el poder.
Hay que ser sinceros y honestos, se debe reconocer el error político y la equivocada campaña. Lo hemos dicho muchas veces, no se puede mantener esta lucha con el engaño que se hace. Hay que hacer el intento de recuperar el dinerario en el exterior, pero no se debe hacer poniéndolo en manos de gobiernos extranjeros, ni administrados por personas que figuran como honestos venezolanos, tampoco hay que esperar que “saquen al régimen” para permitir el desarrollo de la economía. No es cierto que haya escases, tampoco que la industria está secuestrada y que no hay producción. Vemos como fluyen los recursos en el país y la gran dificultad son las restricciones impuestas. Cada trabajador libre cobra por su servicio lo que estima conveniente y el servido paga como puede. Los servidores privados de varias especialidades cobran lo que creen vale su servicio, muchos de ellos escasos por falta de profesionales en algunas disciplinas, ya que otros tantos sirven en el exterior.
En el país pareciera que existiera un despertar mercantil o mercantilista que nos pone a pensar en eso del “arreglo”; lo que falta es una verdadera garantía monetaria y la equiparación de los salarios con la realidad económica. En este sentido, pensamos que es hora de volver a la realidad, hay que pensar en la normalidad que se gesta con el proyectado proceso electoral. ¡No hay otra!, es la hora del acuerdo social y un pensar profundo, la hora del surgir inteligente, que reclama aplicar neuronas para volver a solidificar la paz democrática en la patria de Bolívar. Esa paz que solo lograremos en común acuerdo inteligente que de solidez al pensar del venezolano con cordura, de allí nuestro llamado a unirnos al acuerdo nacional por la paz. Seguir insistiendo en que ¡hay que sacar al régimen por la fuerza!, y atacar a quienes buscan el diálogo para un acuerdo nacional solo servirá para mantener o volver a la crítica situación que solo requiere acciones positivas de cambio. Como decía Tucídides, instrumento con que se logran los tres objetivos básicos es el poder, y éste, en Venezuela, de acuerdo con nuestra Constitución solo se logra mediante elecciones. ¡Pareciera que Venezuela se está arreglando!.