Estamos reviviendo un muerto urbanístico”, así define el arquitecto Leonardo Martínez, las obras que hoy lidera en el proyecto Volare Mare- La isla Artificial, en el norte de Cartagena.
Por eltiempo.com
Un proyecto que inició ventas en el año 2015 con la promesa de un fragmento de Dubái, pero en terrenos del corregimiento de Punta Canoa: kilómetro cuatro en la vía al Mar, entre Cartagena y Barranquilla.
Un grupo de 60 personas afectadas iniciaron demandas
Los espectaculares comerciales de televisión, y la publicidad en prensa escrita y digital sedujeron a más de 1.000 familias que con el sueño de tener un rinconcito a la orilla del mar Caribe, porque junto al mar la vida es más sabrosa, no dudaron en pagar la cuota inicial de 100 millones de pesos y, sobre planos, hacerse a uno de los apartamentos.
“Los primeros, los vendieron en enero del 2016, en 233 millones de pesos, pero muy rápido subieron a 250 millones de pesos, y las dos primeras etapas ya están vendidas”, cuenta de memoria Isabel Vergara, una de las compradoras demandantes, quien pagó una cuota inicial de 120 millones de pesos, porque la constructora le exigió mínimo el 40 por ciento.
Se trató de RA Constructores, cuyo representante legal es Román Monrroy, quienes prometieron a estas familias un pedacito de Dubái, pero en zona rural de la Ciudad Heroica.
Sin embargo, quebraron y de la primera etapa que debía ser entregada en el 2018 solo quedaron cimientos y algunos edificios en obra negra.
Además, vino la pandemia, y a las familias que invirtieron los ahorros de sus vidas- muchos compraron 2 y más apartamentos pensando que sería un buen negocio arrendar para turistas- les vino el desespero y la incertidumbre. Por ello un grupo de 60 personas afectadas iniciaron demandas.
En el juzgado noveno civil del circuito de Cartagena cursa la Acción de Grupo número 2022- 167 contra RA Constructores. Varias familias afectadas también demandaron a la Fiduciaria Central- responsable del fidecomiso Volare Mare.
Un juez ya ordenó a la fiduciaria un informe pormenorizado de la actualidad del proyecto. Y el mismo juzgado ordenó medidas cautelares sobre los terrenos donde se desarrollan obras.
“Román Monrroy nos dijo que el proyecto no estaba desfinanciado: primero dijo que tendría socios mexicanos. Luego que los socios eran chinos; después que tendría inversionistas de Dubái”, recuerda Isabel, quien vendió su casa en Melgar (Tolima) con el sueño de comprar en Cartagena. Hoy, ocho años después sigue esperando.
‘Estamos reviviendo un muerto urbanístico’
Altium Desarrollo Inmobiliario SAS adoptó el proyecto pero la fiduciaria tardó más de un año en legalizar los recursos. Tiempo que se sumó a los atrasos de la obra, tras la quiebra de la constructora inicial.
El TIEMPO viajó hasta el corregimiento de Punta Canoa, antes del peaje de Marahuaco y visitó el proyecto.
Son 30 minutos desde el Centro Histórico por la Vía al Mar, y luego por carretera destapada. Estamos en una de las zonas de mayor proyección urbanística de la nación, rodeada de urbanizaciones y proyectos en obra, para estratos 5, 6 y 7.
En este corredor está el nuevo hospital de Serena del Mar, la sede de Posgrados de la Universidad de Los Andes, una nueva terminal de transportes y la muy galardonada ‘La Cuidad Soñada: Serena del Mar’, que alberga conjuntos residenciales de lujo.
Los habitantes de este sector, además, tienen una docena de playas cerca, y la ciudad de Barranquilla a un poco más de una hora por carretera.
En este #FelizDomingo te invitamos a separar tu apartamento en Cartagena. Te esperamos en Unicentro #Bogotá. pic.twitter.com/L9q7d7B58c
— Volare Mare (@volare_mare) April 3, 2016
Una vez entramos a los predios de lo que será la isla artificial de Volare Mare, nos recibe un desierto. De isla, nada. Una docena de garzas revolotea sobre lo que será el cuerpo de agua que rodeará los conjuntos.
Dos minutos después aparecen los primeros edificios blancos de la primera etapa del proyecto. Cada una con tres plantas.
“Estamos trabajando a toda máquina para entregar los apartamentos de esta primera etapa este año y cumplir con lo que los otros constructores no le cumplieron a la gente: ¡Estamos reviviendo un muerto urbanístico”, señala Martínez el arquitecto de la nueva constructora que retomó las obras en noviembre pasado, luego de que estuvieron abandonadas por tres años.
La primera etapa avanza en un 52 por ciento y consta de 576 apartamentos
“Actualmente más del 90 por ciento de nuestros clientes activos siguen creyendo en el proyecto a pesar del tiempo y las circunstancias, defendiéndolo en todos los campos”, responde el arquitecto Martínez, ante la amenaza de las demandas.
Este año ya fueron entregados los primeros cuatro apartamentos y dos familias ya habitan acá.
“Acabo de recibir mi apartamento en perfectas condiciones y acabados. Exteriormente ya tenemos cerramientos y corredores peatonales que nos dan una perspectiva positiva sobre el proyecto”, dice José Enrique Sánchez, la primera persona en recibir apartamento, el pasado 23 de abril, por el cual había pagado 360 millones de contado.
“Tenemos la convicción y estamos rehabilitando este proyecto para darle el curso que es y cumplirle a las familias que han creído en este proyecto”, sostiene el arquitecto Martínez, de Altium.
La primera etapa avanza en un 52 por ciento y consta de 576 apartamentos, divididos en 12 bloques, cada bloque con 48 unidades. Los dos últimos bloques aún son cimientos. La segunda etapa es una fila de esqueletos grises en asfalto por donde me mete el sol de la tarde cartagenera.
La Acción de Grupo también pone la lupa sobre Altium Desarrollo Inmobiliario SAS, que promete terminar el proyecto.
La constructora actual asegura que la posición como fidecomitente desarrollador en el proyecto Volare Mare fue aceptada por Fiduciaria Central S.A. el día 22 de diciembre del 2022.
“Hemos hecho mejoras a proyecto inicial con más espacios peatonales y hay modificaciones que le aportan a la calidad de vida de la gente”, dice Martínez, quien agrega que están las edificaciones y el urbanismo de la primera etapa. Promete que en junio inician la construcción de la piscina gigante que rodea todas las viviendas.
‘Autoridades distritales tienen que ser más rigurosas y redoblar esfuerzos’
RA Constructores había prometido elementos que no eran posible ejecutar, según Diego González, director General de ALTIUM: “la torre central, la altura prometida por el anterior desarrollador superaba la norma de cinco pisos de edificaciones transitables. Frente a la energía fotovoltaica ofrecida por el anterior desarrollador, los paneles solares, ocupaban zonas comunes de uso exclusivo a las cuales el constructor anterior en realidad no tenía acceso”, entre una larga lista de falsedades.
“La millonaria cuantía que deben recibir las familias afectadas por Volare Mare se debe totalizar una vez estén todas las personas victimas del proyecto que se sumen a la Acción de Grupo, se trata de afectaciones por perjuicios y cumplimiento de lo que se les ofreció cuando se vincularon al proyecto”, dice el abogado Carlos Adriano Tribín Montejo, del bufete de Abogados Tribin Asociados. Por ahora son 60 familias, pero esperan más.
Tribín Montejo va más allá y alerta al Distrito sobre permisos a constructoras en Cartagena.
“En Cartagena se está presentando mucho este tipo de eventos, y las autoridades distritales tienen que ser más rigurosas y redoblar esfuerzos porque están otorgando licencias de construcción a proyectos que finalmente no cumplen con las expectativas”, dice el abogado Carlos Adriano Tribín Montejo, quien también defiende a las víctimas del proyecto Ocean Towers, de Bocagrande, donde más de 80 familias depositaron sus ahorros, pero nunca recibieron apartamentos.
Carlos Eduardo Martínez Marulanda, director de control urbano de Cartagena, recuerda, por ejemplo, que la Promotora Belong S.A.S no cuenta con el lleno de sus requisitos legales para la promoción y venta de vivienda.
El ejemplo más claro sobre el cuidado que deben tener compradores que busquen vivienda en Cartagena es la Torre de ‘Aquarela’: proyectos que prometen un paraíso, pero que terminan envueltos en escándalos urbanísticos e incluso estafas.