La ofensiva rusa en Ucrania agravó la prolongada crisis demográfica de Rusia, una tendencia estructural que puede perjudicar todavía más a una economía golpeada por las sanciones.
En un país que ya sufre de una menguante mano de obra por unas tasas de natalidad persistentemente bajas, el conflicto añade una serie de dificultades que pueden perdurar años.
La movilización de cientos de miles de hombres los retiró del mercado laboral, a la vez que empujó a los segmentos más formados de la población a huir del país.
“A Rusia le faltan trabajadores”, dijo a la AFP Alexéi Rashka, un demógrafo que antes trabajaba para la agencia oficial de estadísticas Rosstat.
“Es un viejo problema, pero ha empeorado debido a la movilización y a las salidas masivas”, apuntó.
Tras el colapso de la Unión Soviética en los años 1990, Rusia heredó sus bajas tasas de natalidad causadas por las adversidades económicas y la incertidumbre sobre el futuro del país.
El presidente ruso, Vladimir Putin, ha intentado incentivar a las familias a tener hijos, pregonando “los valores tradicionales” como una forma de resolver lo que observa como una crisis existencial.
Como parte de esta estrategia para aumentar la población, introdujo una ayuda financiera para las familias a partir del segundo hijo y los siguientes.
Golpeada antes por el covid
Las autoridades rusas no han dado cifras sobre las bajas entre sus tropas en Ucrania desde septiembre de 2022, cuando el Ministerio de Defensa anunció 5.937 muertes.
Las estimaciones de países occidentales calculan que hay 150.000 muertos y heridos en cada bando.
“No sabemos las pérdidas exactas de la operación militar, pero 300.000 personas fueron movilizadas, lo que reduce todavía más el número de gente joven trabajando”, señaló Natalia Zubarevich, experta de la Universidad Estatal de Moscú.
Estas bajas en el campo de batalla se suman a las de la mortífera pandemia del covid, que “golpeó duro en Rusia”, indicó a la AFP Igor Yefremov, experto en demografía.
La estadística oficial recoge alrededor de 400.000 víctimas del coronavirus en Rusia, aunque el balance real se estima mucho más elevado.
Ante el volumen menguante de la fuerza laboral, la baja tasa de desempleo del 3,5% en Rusia quizá no sea una buena señal, sino más bien el reflejo de una escasez de contrataciones y de las dificultades en varios sectores para cubrir puestos vacantes.
Una encuesta publicada el 19 de abril por el Banco Central de Rusia confirmó tensiones “agudas”, particularmente en “las industrias de procesado”, el transporte y “el suministro de agua”.
Dos olas de emigración
Un estudio publicado el mes pasado por la Alta Escuela de Economía apuntó que Rusia necesitará entre 390.000 y 1,1 millones de inmigrantes cada año hasta el final del siglo para evitar un declive de población.
Pero algunos sectores no podrán compensar la pérdida de trabajadores, especialmente en industrias que requieren altos niveles educativos.
Rashka explicó que el conflicto en Ucrania provocó dos olas de emigración y en ambas hubo “mucha gente altamente calificada, incluidos especialistas en informática y tecnología”, que dejó Rusia.
Este experto estimó que alrededor de 150.000 personas, entre ellos unos 100.000 hombres, marcharon del país entre febrero y marzo de 2022, semanas después del estallido del conflicto.
Otro medio millón se habría ido tras la movilización anunciada por Putin en septiembre, agregó.
Una ley reciente impuso restricciones económicas a quienes eludan el servicio militar, lo que podría animar a las personas huidas a establecerse definitivamente en el extranjero.
Aun así, Zubarevich afirmó que más del 60% de aquellos que marcharon continúan trabajando remotamente para compañías rusas. “Y algunos de ellos van a volver”, aseguró.
AFP