La “chiva rumbera” no es un animal fiestero, sino un bus Mercedes Benz 1976 con luces, música, karaoke y 40 pasajeros celebrando mientras recorren oscuras calles de Caracas, apagadas por años de crisis económica e inseguridad.
Por Nicole Kolster / vozdeamerica.com
“Es un paseo que te hace cambiar tu percepción de la noche y disfrutar la ciudad de una manera distinta”, comenta a la Voz de América Carlos Abreu, gerente de la empresa de transporte Turismo de Lujo, que puso en marcha la iniciativa.
Esta vez, los pasajeros asisten a una fiesta de cumpleaños. La pista de baile es el estrecho corredor que divide las dos filas con butacas.
Una invitada saca por una de las ventanillas su brazo que se mueve al ritmo de un reggaetón que suena dentro de este colorido autobús. Este bus emula las “chivas” de Colombia, Costa Rica, Ecuador y Panamá.
El chofer cada tanto deja apretada la bocina para sacudir a transeúntes que se quedan perplejos al ver desde afuera la fiesta.
Después de una crisis que hundió la economía de Venezuela en la última década, el país mostró tímidos signos de recuperación, empujados en principio por la flexibilización de un férreo control de cambio y la liberación de precios, que puso fin a la escasez.
Y al mismo tiempo, abrieron nuevos restaurantes y bares, que buscaban reavivar la noche caraqueña, que antes de la hecatombe era animada e interminable.
Pero en el recorrido de la “chiva rumbera”, las calles de Caracas aún lucen apagadas.
“Queremos hacer sentir a la gente más seguridad y que puedan salir y disfrutar Caracas de noche”, sigue Abreu.
“Salir de la rutina”
Una primera parada en la Esfera de Soto, una escultura de arte ubicada en plena autopista y convertida en símbolo de la capital. Los invitados a la fiesta se bajan y toman fotos.
“Es una opción estupenda para salir de esa rutina en la que uno siempre está, como no hay muchas opciones”, dice Fedora Dipolo, de 28 años, que acaba de bajar del autobús a tomarse una foto.
De vuelta en la vía, un policía para el autobús, pero todo está en regla y sigue.
La inseguridad es también un tema en Venezuela, uno de los países más violentos de la región, después de Honduras y El Salvador, según datos del Observatorio Venezolano de Violencia (OVV), una referencia ante la falta de datos oficiales.
La cifra de muertes violentas en el país se estancó entre 2021 y 2022, cuando registró 10.737 personas fallecidas por causas violentas, 344 menos que en 2021, que reportó 11.081, según este estudio que se basa principalmente en casos publicados en la prensa.
“Hace dos, tres años, había un nivel de inseguridad bastante amplio en la ciudad, en el país como tal, no digo que no siga existiendo, pero se sabe que los niveles han bajado bastante”, siguió Carlos Abreu, de la compañía de transporte.
El servicio tiene un valor de 800 dólares. Incluye un de recorrido de cuatro horas para 40 personas, animación y bebidas no alcohólicas. El costo equivale a 152 salarios mínimos en Venezuela, fijado en un poco más de dólares al mes.
Tres generaciones al volante
La empresa de transporte Turismo de Lujo fue fundada en 1968 “cuando estaba viniendo mucha migración de Madeira, Portugal, a Venezuela, después de la Segunda Guerra Mundial”, agrega José Abreu, también gerente de la empresa.
Entre ellos estaba su abuelo y un primo, que decidieron comprar “los primeros autobuses de turismo en Venezuela”, importados de Alemania.
“Se estaba invirtiendo en el país, había un gran auge, y en ese momento estaban llegando muchos cruceros”, que tenían este tipo de unidades. “Y ellos decidieron invertir”.
Explica que “en aquel momento creció mucho la empresa gracias a la industria turística, cuando el país recibía mucho turismo internacional”.
Luego, la generación de sus padres, dice, apostó a expandir las rutas con el vecino Colombia, pero “esa empresa duró hasta que se cerró la frontera” en 2015. “Esperamos que ahora que la abrieron ese tipo de negocios se reactive” .
Ahora ellos apuntan al turismo nacional.
La chiva ya existía en la turística y paradisíaca Isla de Margarita. Y a finales de julio del 2022 la trasladaron a Caracas.
Video VOA
“Margarita era mucho mejor negocio, en ese momento, y decidimos mandarlas para allá. Al principio estuvo muy bueno el movimiento, pero poco a poco la isla se apagó”, rememora.
Y deciden traerlas a Caracas e impulsar el nuevo negocio: cumpleaños, fiestas de graduación, despedidas de soltero, comedia… se puede celebrar todo a bordo de la “chiva rumbera” y su bocina que busca despertar de un largo letargo a la noche de Caracas.