¿Quién es la superviviente de Hiroshima a la que han conocido los líderes del G7?

¿Quién es la superviviente de Hiroshima a la que han conocido los líderes del G7?

 

Los líderes del G7 acudieron este viernes el Museo y Parque de la Paz de Hiroshima (oeste de Japón), en una visita histórica dirigida a enviar un fuerte mensaje en contra de las armas nucleares y donde se reunieron con una superviviente de la tragedia, Keiko Ogura.





Los mandatarios de Japón, Alemania, Canadá, Francia, Italia, Reino Unido y Estados Unidos participaron en esta visita antes del comienzo formal de la 49 cumbre del Grupo de los Siete que se celebra desde este viernes hasta el 21 de mayo en la ciudad nipona, la primera en ser atacada con un arma nuclear en 1945.

Durante la visita al museo, que según medios locales duró unos 30 minutos, los líderes se reunieron con una “hibakusha” -superviviente- de Hiroshima, un encuentro que no quiso adelantar en un principio la cancillería japonesa.

Aunque el contenido de las conversaciones no trascendió, el Ministerio de Exteriores japonés confirmó después que la superviviente era Keiko Ogura, una mujer que tenía ocho años cuando la bomba atómica cayó sobre Hiroshima el 6 de agosto de 1945 y que se encontraba entonces a unos 2,4 kilómetros del hipocentro.

Ogura ha pasado la mayor parte de su vida dedicada a difundir el conocimiento sobre los bombardeos y mantener viva las historias de los supervivientes, de los que cada vez quedan menos.

UN RECUERDO HECHO PESADILLA

Ahora, con 85 años, Ogura sigue hablando sobre su experiencia como víctima de la bomba atómica y en años recientes, tras la invasión rusa de Ucrania, ha participado en varios encuentros para defender la importancia de abolir las armas nucleares y que lo ocurrido en su ciudad no se repita jamás.

También ha establecido una Asociación de Intérpretes por la Paz de Hiroshima, con el fin de que el mensaje antinuclear llegue a más partes del mundo, y publicado varios libros, incluida una guía del Parque de la Paz y “Un día en Hiroshima”, que trata el trágico recuerdo de ese día.

“Quedé envuelta en un deslumbrante destello de luz y la tremenda explosión que siguió me tiró al suelo. Todos los techos de las casas vecinas estallaron en llamas y cuando regresé a casa descubrí que todo estaba destruido”, recuerda la “hibakusha”, en un archivo escrito de la ciudad.

En su memoria, la ciudad se convirtió en “un mar de fuego” donde se movían figuras que parecían fantasmas tratando de abandonar la misma. “Después de eso, las personas gravemente heridas morían todos los días y eran llevadas al parque, que estaba siendo utilizado como crematorio. Fue en ese parque donde mi padre cremó más de setecientos cadáveres”, añade.

“Mi recuerdo de ese día permaneció conmigo como una pesadilla incluso décadas después”, explica Ogura quien aún recuerda cómo, el 7 de agosto, un día después del bombardeo, vio la ciudad por primera vez desde una colina y esta estaba totalmente destruida. “Las ruinas quemadas se extendieron hasta donde alcanzaba la vista”, lamenta.

Ogura siguió subiendo a esa colina cada día para mirar su ciudad destruida, pero también para ver cómo, con los años, fue recuperando su vegetación y vida.

Hiroshima quedó devastada el 6 de agosto de 1945 cuando el avión Enola Gay soltó sobre la ciudad la primera bomba nuclear utilizada en combate real y bautizada como “Little Boy”, precipitando la rendición de Japón y el final de la Segunda Guerra Mundial.

Esta bomba acabó de forma inmediata con la vida de unas 80.000 personas, cerca del 30 % de la población de entonces. A finales de 1945, el balance se elevaba a unas 140.000 y en los años posteriores las víctimas por los efectos de la radiación sumaron más del doble.

EFE